Un divorciado con un hijo, un hombre de finanzas y un rabino: esas posibilidades de encuentro prometen a Joanne (Kristen Bell, de Veronica Mars y The Good Place) para que asista a una cena. Cuando hace su entrada triunfal en el evento, queda flechada por uno de los presentes: Noah (Adam Brody, actor de La nueva vida de Toby, El joven detective y Startup). Entran en complicidad y ella se burla de otro de los invitados pensando que se trata del rabino. Pero no, el estudioso de la fe es el propio Noah, la persona que tiene frente a sus ojos, la persona a quien no puede dejar de sonreírle. 

Tras el éxito de comedias románticas como la reciente Envidiosa con Griselda Siciliani, llega otra novedad a Netflix. Con una premisa que quizás no es tan novedosa, esta serie estreno no pierde sin embargo potencia. Hay buenos actores, timming para la risa, giros que no se pasan de rosca y una pareja protagónica con mucha química.  

Los tortolitos se mueven en mundos bastante diferentes. Ella es agnóstica y lleva adelante con su hermana Morgan un pódcast sobre relaciones y sexo (que se llama precisamente "Nadie quiere esto"). Él, si bien es un rabino poco convencional, sueña con estar al frente del templo y acaba de separarse después de muchos años. Pero la chispa se enciende y, aunque el entorno social de ambos está empeñado en distanciarlos, luchan por mantenerse juntos y con la llama encendida. 

Greg Mottola es uno de los directores de la serie, marcando el tono con los dos primeros episodios. El realizador ya desde 1997 -cuando se volvió referente de las películas independientes con The Daytrippers- viene regalando comedias emblemáticas como Supercool o Adventureland, además de la notable serie Arrested Development, entre otros trabajos. Comandan los capítulos también Karen Maine, Oz Rodriguez, Hannah Fidel y Lawrence Trilling. La creadora de Nadie quiere esto es Erin Foster. 

Los familiares y amigos de Joanne y Noah forman un grupo de lo más variado y algunos se convierten  en oponentes de los enamorados. Entre ellos está Justine Lupe (Willa en Succession), quien hace de Morgan, hermana de Joanna y le recordará constantemente cómo era antes de conocer a Noah. También es de la partida Timothy Simons (a quien vimos en Veep, Candy y en Inherent Vice) que cierra el círculo fraternal como el hermano de Noah.

La serie logra un grado de frescura y evita la excesiva neurosis o los malentendidos demasiado extendidos. Además de su grupo de referencia, los protagonistas se enfrentan con el clásico dilema del tironeo entre la carrera y el romance. Respuestas imposibles para una pareja que nadie imaginaba. Son diez capítulos de amor, locura y fe.