Películas de monstruos para disfrutar en Netflix, HBO Go, Prime Video y QubitTV
Esta semana, cuando se estrena Godzilla Vs. Kong, es posible trazar una historia del género "Monstruos" y ver cuáles han sido sus variantes. Aquí les proponemos algunos ejemplos vibrantes, terroríficos y hasta cómicos de una gran tradición cinéfila. Videos.
En cierto sentido, parece que el cine estuvo hecho para que fuera poblado por monstruos. La pantalla grande, a veces, gigante, permite que todo adquiera una proporción mítica, desde un rostro hasta un gorila de diez, quince o treinta metros. Esta semana se estrena en los cines Godzilla Vs. Kong, una producción enorme que enfrenta a los dos monstruos más icónicos. Pero la pregunta permanece: ¿por qué son icónicos? ¿Por qué nos gusta ver bestias gigantescas hacer tortilla el mundo? Ensayemos respuestas y recomendemos títulos.
Empecemos por el paradigma: King Kong (Qubit.tv), de 1933. Contra cualquier cosa que pueda pensarse, fue una producción clase A de Hollywood y su protagonista Fay Wray, era una estrella. Los efectos especiales corrieron por parte de uno de los más grandes animadores de todos los tiempos, Willis O'Brien, quien además luego formó al otro paradigma del stop-motion, Ray Harryhausen. Pero estos son detalles: la película tiene varios temas. Desde el lugar de la mujer en la sociedad (de hecho, eso se subraya mucho más en la versión de Peter Jackson de 2005, en HBO Go), la confrontación entre lo primitivo y lo moderno (que no es lo mismo que "civilización vs. barbarie" aunque se parece); y, sobre todo, una mirada sobre el universo del espectáculo, o cómo Hollywood estaba moldeando toda nuestra experiencia vital. Obra fundamental -que a Borges no le gustó- es además de una gran belleza y los efectos especiales no pasaron de moda.
En esa vena autoconsciente, pero en una versión mucho más satírica, aparece la que quizás sea la obra maestra de este subgénero, El Huésped (Netflix). Dirigida por el creador de Parasite, ganador de Cannes y el Oscar, Bong Joon-ho, la película narra cómo un monstruo marino creado por la contaminación y la experimentación biológica, rapta a tres chicos, y cómo la familia de una de las víctimas sale a cazar a la bestia (de paso, pocas veces se ha visto un ser así de terrible, de inmediato, de espantoso) casi sin recursos y ante la pasividad del Estado. Pero Bong no hace una película épica (o no solamente hace una película épica) sino una especie de sátira política donde la familia protagonista es lo más parecido a Los Simpson que puede dar Corea del Sur (algo similar ocurre con Parasite, por cierto, donde además actúan casi los mismos actores). Obra maestra y gran éxito internacional, ve monstruos más allá del monstruo.
Algo similar ocurre con Jurassic Park, la original de 1993. Por una parte, es una reflexión sobre los límites del poder humano, de la manipulación en este caso genética, y se plantea la pregunta de hasta dónde los seres humanos tenemos el derecho de intervenir en la Naturaleza. Pregunta, de paso, que está en la Godzilla original (aún no en plataformas, aunque suele aparecer en Qubit.TV). Pero una de las características más interesantes y divertidas de una película que descubre sus capas poco a poco, es cómo cuestiona la industria del entretenimiento. El John Hammond que interpreta Richard Attenborough es y parece Walt Disney, desde el "no reparé en gastos" hasta ese clip interactivo, ese ride donde muestra con una película cómo se "fabrican" los dinosaurios. Hay mucho más para decir de este filme clásico de clásicos. Está en Netflix y en Amazon Prime Video.
Quizás uno de los monstruos más terribles de la historia del cine sea La Cosa, un ser vegetal que invade cuerpos, adopta su forma, los imita y pasa a parasitar otro cuerpo. La versión original de esta historia la dirigió Howard Hawks (aunque el filme lo firmó, por cuestiones legals, Christian Nyby) y es bella y divertida. Pero la versión definitiva la hizo John Carpenter en 1982 (HBO Go). Un destacamento científico en la Antártida descubre, enterrada en el hielo, una nave espacial de millones de años. Cometen el error de entrar en ella. Los habitantes de otra base tratan de ayudar y terminan llevando al parásito con ellos.. A partir de allí, el monstruo (totalmente informe, totalmente sangriento, totalmente indetectable) comienza a tomar uno por uno a estos hombres cada vez más paranoicos. Hay mil lecturas sobre esta película, desde la política hasta la metafísica; todas son válidas. Pero sobre todo hay que ver al monstruo hecho de pedazos de otros hombres y animales, una abominación que recuerda las peores pesadillas de Lovecraft. Esta obra maestra de la (in)corrección política, cuenta además con uno de los finales más irónicos de la historia del cine.
Y en otro tono, hay que ver (porque además es hermosa) Wallace y Gromit-La Batalla de los Vegetales, donde la "amenaza" es un conejote gigante que se come vegetales igualmente grandes. Parodia de las películas de monstruos y del terror inglés de la Hammer, realizado con la más bella animación en plastilina y protagonizada por dos de los personajes más grandes del cine de animación, es también una mirada sobre los mismos temas que desvelaban a Carpenter o Spielberg: la paranoia y el límite del poder humano. Está en Netflix y se puede ver con chicos.