Algo para recordar

Algo para recordar es el molde de muchas películas románticas, aunque es en sí remake de una obra de los treinta. Aquí Cary Grant y Deborah Kerr se enamoran en un barco, se prometen un reencuentro y la fatalidad interviene para separarlos de modo equívoco. Pero aunque uno llora a mares con ESE final (recordado en su film-comentario, la magnífica Sintonía de amor), el tono que logra Leo McCarey (gran comediógrafo clásico y casi "papá" de los Hermanos Marx) es sofisticado, gracioso, lleno de momentos de un humor finísimo que permite que entremos de lleno al corazón de los personajes. Claro que es una oba maestra.

Permiso para amar hasta medianoche

Clásico menor de los setenta, reune a dos figuras importantes de esa década: James Caan -que venía de hacer El padrino- y Marsha Mason -que se consagraría en La chica del adiós. Hay un marino con pemiso que entabla una relación con una estafadora y prostituta, y hasta se transforma, mientras el tiempo juega en contra, en su padrastro. Otra vez, el romance y el drama se combinan con una observación muy tierna de los personajes, y tiempos "realistas" muy alejados del cine demasiado superficial de estos tiempos. Y eso que es -lo juramos- un filme "de entretenimiento".

Moulin Rouge!

El verdadero tema de la película es cómo el relato de amor arquetípico y la cultura pop se funden en una sola y misma cosa. Dicho así, podría pensarse que se trata de una parodia o un filme un poco experimental. Y sí, tiene parodia y experimentación. Pero el romance de Nicole Kidman y Ewan McGregor en un París finisecular donde suenan Madonna, Bowie, Kiss, Queen y millones más es una explosión de emociones que conmueve hasta al más duro de los espectadores. Lo mejo que hiciera en su carrerra el australiano Baz Luhrmann.

Anastasia

Esta fue la película con la que Ingrid Bergman (después del escándalo de abandonar a su marido e irse a vivir y tener hijos con el genio italiano Roberto Rossellini) volvió a Hollywood. Es la histoia de una mujer amnésica a la que quieren hacer pasar por la princesa Anastasia Romanov, presunta única sobreviviente de la masacre a la familia del Zar en 1917. Pero es, sobre todo, un enorme drama romántico cuyo centro es la relación ente la Bergman y un excelente Yul Brynner. El filme no perdió su capacidad de hacer llorar.