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Tim Burton o cómo celebrar Halloween con los chicos

Halloween, ya incorporado al calendario de las ganas de festejar, es más que nada una fiesta infantil. Y el cineasta que mejor combinó la infancia con el terror fantástico es Tim Burton. Aquí, una selección de películas de Max y Disney+ para disfrutar el día de las brujas con los chicos.

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Aunque sus filmes están llenos de criaturas fantásticas y seres grotescos, es casi imposible decir que Tim Burton ha realizado películas de terror. Salvo La leyenda del jinete sin cabeza (que tiene momentos absolutamente sobrecogedores), sus filmes más cercanos al género suelen ser otra cosa. Como saben, estamos en Halloween, la forma gringa de una fiesta milenaria, la de los muertos, que toma muchas formas en diferentes culturas. Y es, digamos todo, una celebración sobre todo infantil, donde se conjura el miedo a lo extraño. Y aquí es donde le damos una vuelta de tuerca al asunto: sobre todo, Burton ha realizado películas infantiles, de sensibilidad y mirada de niño sobre cosas de adultos. Así que buscando, encontramos lo más "de terror" del realizador tanto en Disney+ como en Max para que vean con los chicos en casa y ni ustede ni ellos salgan aburridos.

 

Empecemos por Beetlejuice (Max), su segundo largometraje y del cual hoy tienen una secuela en los cines. Es la historia de una pareja de recién casados que muere de forma inadvertida y tienen que ver cómo su casa es "invadida" por unos compradores con aires snob. Para echarlos, contratan al exorcista de humanos Betelgeuse, el fantasma-monstruo-payaso interpretado en su mejor vena cómica por Michael Keaton. La animación de muñecos, los efectos especiales evidentes, los colores saturados y el bello rol de Winona Ryder como una adolescente que finalmente encuentra una familia sobrenatural hacen de esta "película de fantasmas" una diversión tiernísima.

 

Luego, podemos seguir por El joven manos de tijeras (Disney+). El personaje que interpreta Johnny Depp es una mezcla de Pinocho y criatura de Frankenstein, inventado por un solitario fabricante de galletitas que no llegó a darle manos. Adoptado por una vendedora de Avon (!), pasa a vivir en un pueblito de tonos pastel, casas iguales y vecinos con oscuridades peores que sus manos cortantes. Hace peluquería y corta arbustos de modo creativo, pero se enamora de (otra vez, Winona) una bella chica rubia. Crítica social, sátira y cuento de hadas -que es la mamá del cuento de terror- se combinan en esta fábula sobre la llegada de la nieve, finalmente puro romance.

 

Aquí es donde tenemos que ir hacia la animación. Quizás no lo sepan, pero Burton es sobre todo un animador y problemas de contrato en sus inicios lo obligaron a trabajar con actores. La más cercana al horror de sus películas animadas es El cadáver de la novia (Max), con voces de Johnny Depp como un tímido novio a punto de casarse, y Helena Bonham-Carter como una novia cadáver que debe encontrar la forma de liberarse del maleficio que la ata a la Tierra. Pero aquí Burton, que no evita la melancolía (sello de su obra) incluye toda clase de humor para contar una leyenda y hablar de la discriminación a lo "raro", el núcleo central de todas sus películas. Es breve y es muy bella, con un gran homenaje a La danza de los esqueletos, el corto seminal de Disney.

 

Justamente para Disney hizo su primer corto con actores, Frankenweenie (Disney+), donde debutó Sofía Coppola y hace de mamá su amiga Shelley Duvall, años después de El resplandor. Es la historia de un chico llamado Victor Frankenstein cuyo perro muere atropellado y al que, con un experimento, devuelve a la vida. Homenaje al cine de los años 30, claro, fue rehecho como largo animado (con marionetas: Burton es especialista sobre todo en stop-motion) y extiende la historia para abarcar también a los monstruos gigantes de los años 50. Ambas versiones son hermosas y tienen -diría el traductor de John Ford- más corazón que miedo. Ojo que puede llorar el adulto también.

 

Hay más. Si quiere algo chiquito (siete minutos) está el primer corto realizado por Burton (Disney+) que es brillante y en verso recitado por Vincent Price (gran amigo del realizador en esos últimos años) y se llama Vincent. Es básicamente la autobiografía de Burton, un niño de siete años que está fascinado por la iconografía del terror y que imagina juguetonamente cosas macabras. No sólo es una declaración de principios y un manual de estilo, sino sobre todo un homenaje a la fantasía y a la imaginación (y de paso, una declaración de que el terror es puro juego).

 

Lo que nos lleva, necesariamente, a la gran El extraño mundo de Jack, que seguramente vio mil veces pero que es de esas películas que se pueden rever mil veces más. La historia del rey de la tierra de Halloween que, fascinado por la Navidad y aburrido de hacer siempre lo mismo, decide suplantar a Santa Claus, es una parábola perfecta sobre la creación y, de paso y otra vez, declara que el "terror" del cine es un verdadero juego no siempre tan macabro como parece. Pero lo que más destaca en esta película (que es, además, una de las mejores obras sobre la Navidad, ya que estamos) es el diseño de personajes a cargo de Burton -que escribió y produjo-, el delicado trabajo de animación de Henry Selick (quien años más tarde haría Coraline sobre un relato de Neil Gaiman) y la banda de sonido llena de canciones a cargo de Danny Elfman (que le da voz a Jack cuando canta). Inspirada por Kurt Weill (el compositor de La opera de dos centavos), está llena de canciones ya clásicas. Belleza pura, muñequitos y emociones varias: por eso es un clásico.

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