Una por una, las candidatas al Oscar a Mejor Película
Estamos a horas de los Premios Oscar y es buen momento para decirles cuáles son las mejores, cuáles las peores y cuál va a ganar. Sirve igual para después de los premios, porque seguro va a querer ver alguna. Aquí, sin pelos en la lengua, el análisis
Bueno, amigos, llegamos al día de los Oscar. Todas las películas nominadas al premio mayor están disponibles (en salas o en streaming). Acá vamos a hablar sin pelos en la lengua de las nominadas y, primero, vamos a un enfoque general: se nota que el norte está puesto en el cine en salas. Hay poco de plataformas (entre las de Mejor película, Maestro, por ejemplo; o Los asesinos de la luna, que se hizo para AppleTV pero tuvo lanzamiento masivo en cines) y sí bastante espectáculo gigante con el foco puesto en adultos. Eso es bueno. En cuanto a la calidad, sí hay por lo menos un tercio de filmes apreciables. Pero seamos sinceros con todo. Vamos nomás.
La peor, lejos, es Zona de interés (en cines, luego en Netflix). Una película sobre el comandante del campo de exterminio de Auschwitz y de cómo vive en una idílica casita con su idílica familia justito al lado de los crematorios. Casita que su mujer, tan nazi como él, quiere dejar. La idea del paraíso al lado del horror y de la banalidad del mal está bien. Pero el director Jonathan Glazer usa todos los truquitos del "cine de festivales" (entre ellos, poco diálogo, planos generales "significativos", tiempos muertos, incursiones seudo oníricas, etcétera) que ponen al espectador "afuera" de todo y señalan todo con el dedo. "Ah, qué terrible esto", dice y nos obliga a pensar. Si hubiera algo más, si nos hiciera bascular algo, valdría la pena. Pero no. Qualité con subrayado.
Después, Maestro (Netflix). Bradley Cooper filma la vida del enorme director de orquesta, compositor y educador Leonard Bernstein, el que puso a los Estados Unidos en el mapa de la música de partitura. Pero la música parece que le importa poco: más le importa el propio Bradley Cooper (a quien siempre recordaremos como el Rocket de Guardianes de la Galaxia, más humano y empático que este Bernstein) y una serie de escenas cuyo sentido se entiende poco, aunque la trama es fácil de seguir. Está muy bien Carey Mulligan como su esposa, pero la película es un bodoque.
American Fiction (en cines, seguro irá a Prime) es la historia de un escritor afroamericano que escribe un pastiche lleno de lugares comunes afroamericanos para burlarse y lo toman en serio. Es una sátira de la corrección política pero el filme se transforma en un solo chiste que va perdiendo interés a medida que pasa. Tranquilamente podría haber sido un telefilme y quizás funcionaría mejor.
Tienen también Vidas pasadas (cines, a Prime luego), donde una pareja se reencuentra tras haber sido novios de chicos. Ella está casada, ambos son surcoreanos, el reencuentro transcurre en los Estados Unidos. Todo es amable, agridulce, romántico y muestra diferencias culturales. O sea, nada que nos sorprenda por mucho que nos caigan bien los personajes (es un prodigio de delicadeza en ese aspecto). Línda, sí, pero insustancial.
Barbie (en Max) es la película más vista del año, un fenómeno cultural, una apuesta arriesgada que salió bien, está llena de estrellas, tiene mucho, pero mucho, discurso sobre las mujeres (porque ese es su tema) y también tiene subrayados, momentos mal resueltos, trama a veces confusa o incoherente. Lo que no estaría del todo mal si fuera una sátira animada (el coguionista, Noah Baumbach, gran director, hizo lo propio en la magistral Madagascar 3). Pero no lo es y, además, los chistes carecen de timing. O de gracia, amenazados siempre por el discurso. Difícilmente gane y no sería injusto.
Pobres criaturas (iría a Star+) es como Barbie (una especie de muñeca de carne que descubre el mundo y encuentra finalmente su lugar "humano") pero con sexo, momentos de dedo levantado, derroche visual, escenas raras y todos los trucos que suele usar el griego Yorgos Lanthimos. Aún con todo, la presencia de Emma Stone como la protagonista le da una fuerza que, de otro modo, no tendría. Hay quien cree que es una obra maestra (no lo es) y quien opina que es una bazofia (tampoco). La vemos con placer pero tememos que los segundos tengan razón a la larga.
Oppenheimer (por ahora está en Flow para alquilar, debería ir a Max en algún tiempo) es la que va a ganar. La más nominada, la película "importante" y el pago de la deuda que la Academia tiene con Christopher Nolan, uno de los directores más influyentes del Hollywood actual. Historia real, trucos de montaje, tema "importante", espectáculo grandilocuente, actores en su salsa, etcétera. No le falta nada para llevarse el premio, salvo ser realmente una buena película. En el fondo es una especie de serie de plataforma tratada con grandilocuencia, un doble filme de juicios y una parábola sentenciosa. Nolan merecía el premio por la segunda Batman o la precisa Dunquerke. Pero buéh, es lo que hay.
Las tres que quedan son "las buenas" de verdad. Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese (por ahora sólo en AppleTV) es excesiva en su relato de un pueblo indígena que se vuelve rico con el petróleo y sufre asesinatos varios, en el medio del cual hay un romance interétnico. Pero es Scorsese, tiene secuencias geniales que son puro cine, y a Lily Gladstone, gran actriz a descubrir.
Luego, Los que se quedan (cines, irá a Max), de lo mejor del año. Una película de Alexander Payne (Entre copas) que no tiene nada de horrible pero entra de lleno en la vida de tres personajes solitarios que aprenden a sobrellevarlo... a su modo. Comedia con el gigantesco Paul Giamatti que carece de todo subrayado y es lo mejor que dio Hollywood en 2023.
Y finalmente, Anatomía de una caída (en cines), el gran drama ganador de Cannes sobre un hombre que muere y el juicionen el que se decide si fue víctima de un crimen o no. Sobre todo, una disección aséptica (pero no carente de emoción) de una familia y sus oscuridades. Narrada con pulso firme y siempre realista, es mucho más de lo que parece. Igual gana Oppenheimer, las cosas como son.