Vincent Price y Roger Corman en Qubit: terror de alta calidad
Probablemente una de las más grandes colaboraciones entre un director y un actor haya sido la adaptación de relatos de Edgar Allan Poe por parte de Roger Corman protagonizadas por Vincen Price. Todas están en Qubit: para no perderse ninguna.
Roger Corman, que hizo mil películas sin perder un peso (dice él), es no sólo grande en la producción sino también en la dirección. Su ciclo sobre Edgar Allan Poe es pura fiesta, por ejemplo Cuentos de terror, tres historias con Vincent Price que van del horror puro a la comedia. Especialmente genial es su versión de El extraño caso del señor Valdemar, sobre un hombre que, al agonizar, parece vencer a la muerte de un modo horrible. Sigue siendo, a pesar del paso del tiempo, una joya que asusta efectivamente. Y Price está sensacional en todos los registros, un tipo que disfrutaba actuando tanto refinado como desaforado.
La máscara de la Muerte RojaVisualmente es quizás lo mejor que hizo Roger Corman. No solo por el uso de la pantalla ancha para crear un clima de cuento de hadas perverso (el filme combina dos relatos, el del título y Hop-Frog) sino por el delicado y perfecto uso del color en sentido dramático. La fotografía, central en esta película densa e hipnótica, la realizó Nicholas Roeg, gran director de clásicos como Venecia Rojo Shocking y El hombre que cayó a la Tierra. El cuento medieval de nobles divirtiéndose mientras la Peste Negra asola el mundo sostiene aún hoy (quizás es más pertinente) toda su carga metafórica, pero va mucho más allá.
Una de las principales obsesiones de Edgar Allan Poe era la decadencia que veía en unos Estados Unidos que dejaban de lado su componente europea para, tras la Guerra de Secesión, dedicarse al industrialismo mecánico totalmente desprovisto de componente espiritual. Esa idea es la que, de manera metafórica, aparece en este verdadero relato romántico que juega con el incesto y el final de una posible utopía tradicional. Price nunca estuvo más melancólico en su carrera.
La tumba de LigeiaEl otro gran cuento romántico de Poe sobre un hombre que no puede aceptar la muerte de su mujer. Como es habitual en el autor -y Corman lo comprende de modo fehaciente-, aparece la cuestión del doble y de la decadencia. El aura al mismo tiempo ominosa y emocional hace que los decorados reflejen la vida interior de un personaje que vive al filo entre la normalidad y la perversión. El clímax es quizás de los más desgarradores que filmó Corman, y una verdadera cima de actuación para su intérprete favorito.
