El Nuevo Orden Internacional y el “Occidente Ampliado”
Oportunamente, en “El América First..." (BAE Negocios, 28/01/19), se rememoraba que, durante la presidencia de George W. Bushi (2001-2009), en Estados Unidos (EEUU), se alcanzó el desarrollo tecnológico que hizo posible el abaratamiento de los costos de extracción del “Shale, Gas u Oil”, facilitando la producción masiva de esos reservorios.
A partir de entonces, los EEUU pudieron participar, también, como oferentes en el mercado energético.
A su vez, aquel logro dio lugar a una drástica disminución de los Costos Primos Unitariosii de los bienes manufactureros, otorgando a las compañías norteamericanas mayúsculas “ventajas competitivas” para enfrentar a las de la Unión Europea -UE- (fundamentalmente Alemania) y de la República Popular China (RPC), que habían penetrado en su “zona de confort”.
De este modo, con el paso del tiempo, y luego de madurar las nuevas condiciones de producción, recuperaría supremacía mundial el: “made in USA”.
Ello sería perfectamente factible ya que, si para la UE y la RPC, hay un mismo proveedor energético confiable: la Federación Rusa (FR); y otros centralmente inestables: Medio Oriente y el Norte de África (que atraviesan situaciones, endógenas y exógenas, que les impiden aumentar los volúmenes de producción y transformarse en abastecedores de largo plazo), solo era necesario “alinear” los intereses entre los nuevos ganadores: EEUU y la FR.
En “Otra cuota de la III Guerra Mundial” (BAE Negocios, 19/01/20), se expresó con nitidez que: “hay un tácito interés compartido entre esos dos países, ya que desean que la UE y la RPC no se abastezcan de energía fósil, a un precio que les permita volver a disputarle mercados al sector industrial norteamericano”.
Esta “alianza objetiva” de Orden Uno, entre economías que no disputan los mismos mercados y que respetan la mutua aptitud de disuasión nuclear, entrelaza intereses diferentes a los prevalentes durante la hegemonía globalizadora.
En esta “pulseada” entre “lo viejo y lo nuevo”, es que se inscribe el debate al interior del Reino Unido de Gran Bretaña en búsqueda de su “salida” de la UE, a fin de recuperar grados de libertad en el diseño de su política económica.
Así las cosas, la puesta en marcha del Nuevo Orden Internacional (NOI), puede ubicarse en el tiempo con la llegada de la Administración Trump (20/01/2017), tal cual fuera manifestado en “Estamos a ...” (BAE Negocios, 29/12/2019), con: el retiro de EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (3), la renegociación del NAFTA (4), la paralización de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y las Regulaciones del Comercio Exterior, entre otros aspectos.
Ahora bien, la “velocidad de avance y de consolidación” (de lo naciente sobre lo perimido), que estaba condicionada por el tiempo de reemplazo de las cadenas de suministros imperantes en la globalización, no era la adecuada para algunos sectores de la dirigencia de los EEUU, que consideraron una alternativa más “rápida y eficaz”: el uso del “musculo militar”.
Fue entonces que “llegó” la Gestión Biden, donde, con la irrupción del vector bélico, se avanza en el trazado de dos “medianeras” (5), que, a la vieja usanza, delimitan las zonas de influencia: una en Europa, con la guerra Ruso-Ucraniana, y otra en el Mar de China (sin desatarse, por el momento, hostilidades), con Taiwán como principal foco de conflicto.
Es en este marco que…
Se gesta un “nuevo” OccidenteSi bien su precisa definición es: “conjunto de países de varios continentes, cuyas lenguas y culturas tienen su origen principal en Europa”vi, al tratarse, en lo simbólico, de un “icono” (7), su alcance es más vasto y complejo.
En ese entorno, las religiones Judeo-Cristianas, construyendo cultura (que hoy se pretende poner en duda), crearon el “Occidente” que conocimos; desde principios, valores, concepciones y prácticas que permitieron su plena existencia, superando lo meramente geográfico y constituyendo un “todo” absolutamente visualizable.
Así, el mundo se dividió en dos grandes bloques: Oriente y Occidente.
Ahora bien, las categorías conceptuales subyacentes en el proceso de consolidación de la “Globalización Hegemónica”, cuestionaron los elementos fundantes que le dieron su identidad, generando múltiples tensiones internas.
Sin embargo, al estar pavimentándose el camino del nuevo orden político y económico internacional que reemplazará la fracasada etapa previa; y al edificarse sobre premisas distintas, con una moral comprometidamente social, se podrá promover, nuevamente, en la persona humana (contrario sensu a la especulación como formadora de capital), la “virtud” de la producción y el trabajo.
El NOI, que ya constituye una opción remediadora, en este “repartir y dar de nuevo” reconstruirá, bajo la inspiración iluminadora de un Encuentro Ecuménico, propuesto por Su Santidad Francisco, la comunión entre las confesiones más relevantes, incluyendo, necesariamente, al Islam.
Por lo tanto, aprovechemos las posibilidades que hoy ofrece esta nueva realidad, insertándonos en el mundo, bajo el precepto ordenador…
“Te ganarás el pan con el sudor de tu frente” – Génesis 3:19
Para ello, tal cual se manifestara en “¡¡Hagamos Argentina Industrial Otra Vez!!” (BAE Negocios, 19/03/2023), es indispensable volver a concebir la producción manufacturera local como un objetivo prioritario.
Con esto en mente, es que resulta imprescindible procurar una macroeconomía consistente, con Superávits Gemelos (8), que facilite la convocatoria a un Magno Acuerdo Social (MAS), donde los dirigentes empresariales, sindicales, religiosos, políticos y sociales alcancen acuerdos, a mediano y largo plazo, que abarquen no solo a los precios relativos, los sueldos y salarios, los tipos de interés, las tarifas de los servicios públicos y las tasas, contribuciones, derechos e impuestos; sino también a:
- la búsqueda de los “mercados de referencia”ix plausibles para “nuestro buen vivir”,
- la determinación de las “tecnologías convenientes” (10) a utilizar, procurando el mejor “estado del arte”,
y
- la nueva distribución del ingreso, que impida el aumento (perjudicial para la gobernanza del todo social), de la “plusvalía relativa” (11).
De esta forma, el MAS, fungirá como continente del “Segundo Congreso de la Productividad y del Bienestar Social”, y como lugar de encuentro armónico entre el movimiento obrero organizado y los empresarios, bajo la pertinente advocación de la encíclica Rerum Novarum, donde se explicita que: “el capital no puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital”.
Así, la Comunidad Argentina incorporará como “un todo” el esfuerzo que demanda tal cometido, que se verá reflejado, si es necesario, en una disminución de los costos primos y en los precios de venta de los bienes y servicios generados.
Con este accionar, los “grados de libertad” conseguidos permitirán implementar, de manera definitiva, un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (MoDEPyS), con orientación a la producción.
Lic. Guillermo Moreno
Lic. Pablo Challú
Lic. Walter Romero
Agradecemos la colaboración de Marcos von Ifflinger