Candidato a la OEA, ¿por qué un paraguayo?
El periplo porteño del Canciller de Paraguay Rubén Ramírez
El jueves, en un encuentro protocolar con la cancller Diana Mondino se abordaron temas de la agenda bilateral con Paraguay y se suscribió un Acuerdo sobre colaboración académica para la formación y capacitación permanente del cuerpo diplomático.
El día viernes, de gran intensidad y diagramado con especial esmero por la embajadora Helena Felip Salazar, la agenda se inició con la llegada puntual de Rubén Ramírez Lescano a la Legislatura porteña que lo distinguió como Huésped de Honor.
Una iniciativa impulsada por Claudio Romero (PRO) en coautoría con Inés Parry (UCR) y Juan Manuel Valdez (FPV) quedó apoyada aún más con la presencia de Mariano Vergara SubSecretario de Asuntos Americanos de la Cancillería Argentina, y de los representantes de la LLA Ramiro Marra y Jorge Reta en el Salón Dorado que luego repitieron asistencia y lo escucharon atentos en la UBA.
Rubén Ramírez Lescano candidateado por el Presidente Santiago Peña a la Secretaria General de la OEA, tiene un fluido diálogo con todos los actores de las principales fuerzas políticas, sociales y culturales de nuestro país como quedó evidenciado en su segundo día de actividades en Buenos Aires.
Un frugal almuerzo en la OEI ( Organización de los Estados Iberoamericanos) le obsequió una foto y cálidas palabras de otro espacio plural en el que convivieron y expresaron simpatías por su candidatura el anfitrión Luis Scasso, los empresarios de la industria en la voz de José Urtubey y el lider sindical de la UOCRA Gerardo Martínez, a la vez representante de los trabajadores de Sudamérica y Caribe ante la OIT.
Sin escalas , luego de la recepción del Decano de la Facultad de Derecho de la UBA Leandro Vergara, ingresó a la clase especial sobre “La OEA en el Siglo XXI” que organizaron los profesores de Derecho de la Integración Alberto Biglieri y Alejandro Tullio.
Luego de la introducción y presentación de rigor todo inició cuando el Canciller de la República del Paraguay se preguntó, ante un Salón Rojo colmado con la presencia de docentes, alumnos y personalidades de la política doméstica: ¿ por qué un paraguayo a la Secretaria general de la OEA?
Hilvanó una respuesta que desarrolló como eje de la clase. El economista riguroso dejó paso al locuaz diplomático y la amplia asistencia abogadil lo escuchó con la misma atención que le prestan a sus colegas.
El índice de inflación de su país del 3,6 % anual disparó los automáticos suspiros y preguntas sobre el plazo. Diario? Mensual ? , la reacción del público sonó a doloroso comentario risueño pero envidioso. Repitió sonriente y victorioso: anual.
También memoró los 80 años que su moneda se mantiene estable sin quita de ceros a la fecha, el guaraní es aceptado en transacciones internacionales en distintas regiones del mundo.
La consolidación definitiva de la democracia y la baja permanente de la tasa de pobreza que hoy se encuentra en un 17 % no fue mostrada como un logro definitivo, sino como un paso en una búsqueda permanente que solo se puede dar con el esfuerzo principal de la inversión en la educación.
No escapó al debate geopolítico internacional. sosteniendo la estrategia paraguaya de mantener una relación estrecha con Taiwán, que le permite incorporar conocimientos y transferencia de tecnología . Justificó su lejanía con la China continental cuyo único interés es similar al europeo, cuando no acepta recibir en los pasos avanzados de la cadena de valor, los agroalimentos sudamericanos.
Cerró su exposición recordando su carrera d economista en la Universidad de Buenos Aires y la centralidad que esta significa para la Ciudad Autónoma en la oferta académica continental.}
El final respondiendo a la pregunta del título, con una propuesta que se esforzó en presentar despojada de personalismos, afirmó que Paraguay debe conducir los destinos de la OEA, con una Secretaria General sostenida por un equipo internacional que modifique la vieja tradición en la que el apellido del secretario y su equipo nacional marcaban la impronta de la gestión.
Hay que revalorizar la dimensión institucional de nuestra organización bicentenaria como espacio para priorizar el diálogo multilateral y llevar las palabras y declaraciones al campo de la acción.