Dólar: el doble efecto temido de la intervención cambiaria
Con el 60% del préstamo ya desembolsado en un solo envío, los incentivos para aprobar las revisiones periódicas del FMI para ir avanzando con el resto del crédito se reducen
El reloj sigue corriendo, los plazos se acortan y el Banco Central continúa sin acumular reservas internacionales. Cuando el Gobierno selló el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el número veintitrés en la historia argentina, prometió cumplir algunos criterios que se revisan de manera periódica.
En ese marco, la primera evaluación se realizará a mediados de junio: en ese momento, el FMI analizará el desempeño de diversos indicadores claves, como el resultado primario, el financiamiento del BCRA al Tesoro y la acumulación de reservas internacionales.
Es así que, dentro de un mes, se estima que el Banco Central deberá haber acumulado unos USD4.100 millones. La manera más esperable, con un dólar oficial que coquetea más con el piso de la banda que con su techo, sería efectuar compras en el mercado de cambios.
No obstante, existen dos efectos no deseados que el Gobierno prefiera eludir para llegar con uno de sus principales capitales políticos a las elecciones legislativas de octubre: mantener la inflación lo más comprimida posible. El último dato, correspondiente a marzo, ubicó el IPC en un 3,7%, el nivel más elevado desde agosto del año pasado.
Por un lado está el efecto de la suba del tipo de cambio sobre, principalmente, los bienes importados. Al elevar el valor del dólar se encarecerían de manera casi automática estos productos. Pero, además, existe otro efecto: las compras de dólares que realice del Banco Central implican una inyección de pesos a la economía ya que, de acuerdo con lo pactado con el FMI, no es posible esterilizarlos.
Existen diversas posiciones acerca del impacto de una mayor emisión en la economía y, puntualmente, en la inflación: mientras algunos sostienen que esto no necesariamente ocurrirá, debido a que una economía necesita cierta cantidad de dinero para funcionar, otros plantean que la emisión, tarde o temprano, termina causando inflación.
El Gobierno parece posicionarse, al menos por ahora, en esta última opción. Prefiere no poner en riesgo la virtual estabilidad de precios hasta las elecciones de octubre.
En esa línea, Federico Furiase, director del BCRA, señaló la semana pasada: "En una primera etapa, el objetivo es la desinflación, por eso dentro de la banda no se emite para comprar reservas y el tipo de cambio, tarde o temprano, va a ir al piso, pero también hay otras herramientas como la cuenta capital, la entrada de dólares internacionales o las colocaciones del Tesoro".
De hecho, la opción que evalúa el Gobierno es emitir títulos en pesos que se suscriban con dólares, de manera de que ingresen divisas y así robustecer las reservas internacionales sin intervenir en el mercado de cambios.
El FMI, ¿una posible "víctima" de su elevada confianza?
El FMI el otorgó a Argentina a mediados de abril un préstamo de USD20.000 millones a pagar en cuatro años. De ese total ya desembolsaron USD12.000 millones y está previsto que el organismo internacional envíe USD2.000 millones más en junio, siempre y cuando se cumplan las metas acordadas, incluyendo la acumulación de reservas.
No obstante, hay algunas consideraciones a tener en cuenta: un país puede pedirle un "waiver" al FMI en caso de que no cumpla alguno de los objetivos previstos, una solicitud que el organismo tendrá que evaluar si otorga o no. Pero además, con el 60% del préstamo ya desembolsado en un solo envío, los incentivos para aprobar las revisiones periódicas del FMI para ir avanzando con el resto del crédito se reducen. De hecho, si se cumple lo pactado para mediados de junio, el FMI desembolsará otros USD2.000 millones, un sexto de lo ya enviado desde Washington.
Tras eso, los desembolsos que restan abarcan USD1.000 millones en noviembre y alrededor de USD700 millones cada seis meses, en mayo y en noviembre, hasta llegar a principios de 2029, cuando se concretará el último envío de dinero (para el repago del préstamo el plazo es un plan de diez años).
La delgada línea por la que elige transitar hoy el equipo económico tiene que ver más con evitar tener que vender dólares en caso de que el tipo de cambio perfore el techo de la banda cambiaria, que actualmente se ubica cerca de los $1.414.
En lo que respecta al acuerdo pactado, el FMI subraya que "el programa prevé una transición inmediata a marcos monetarios y cambiarios más robustos para mejorar la capacidad de Argentina para adaptarse a los shocks, a la vez que reconstruye las reservas y apoya la desinflación".
La expectativa está puesta en la recomposición de las reservas, no solo para cumplir lo pactado sino también para tener las divisas necesarias que permitan actuar en los momentos que la economía lo requiera.