El sábado se conmemoró, en todo el mundo, un nuevo Día Internacional de la Mujer. En esta fecha se recuerda la muerte, en 1908, de 129 trabajadoras textiles en Nueva York como resultado de un reclamo por sus derechos laborales y se busca reforzar, año a año, la lucha por la igualdad de derechos entre géneros. En esta oportunidad, el gobierno encabezado por Javier Milei, quien ha declarado incansablemente su oposición a esta lucha, decidió publicar en redes sociales oficiales un video que no hace ninguna alusión a la historia detrás de la fecha ni a las desigualdades que todavía persisten.

Por el contrario, el video realiza la comparación entre las medidas tomadas desde el arribo al poder de La Libertad Avanza con lo acontecido durante gestiones anteriores, especialmente durante la administración de Alberto Fernández. 

De esta forma, se ufana de haber cerrado el Ministerio Nacional de Mujeres, Géneros y Diversidad y de, incluso así, haber bajado un 20% los "homicidios de mujeres" durante 2024. Además, y haciendo un uso que podría calificarse como violento y revictimizante de la imagen de la anterior primera dama y, también, de las ex funcionarias responsables del Ministerio de Mujeres, en el video se afirma que las políticas con perspectiva de género representaron $4 billones en costos a lo largo de 2023. Sin embargo, el último informe de la Defensoría del Pueblo de la Nación indica que los femicidios disminuyeron solo un 8% en el último año y, por otra parte, que la cifra de 2024 fue, tristemente, más alta que las de 2020 y de 2021.

En cuanto al dinero invertido en políticas públicas con perspectiva de género, el video obvia que el número incluye, por ejemplo, las asignaciones universales por hijo abonadas ese año. Por el contrario, el presupuesto asignado al Ministerio de Mujeres era uno de los más bajos en comparación con el resto de las carteras nacionales.

El uso de los canales institucionales para la difusión de un mensaje tan evidentemente partidario, sesgado, en partes engañoso y en otras llanamente mentiroso no solo resulta ofensivo sino también impropio del rol que, circunstancialmente, Milei ocupa. Más aún si se tiene en cuenta que se sigue esperando que el Presidente emita un mensaje con deseos de recuperación para el papa Francisco, quien no solamente es el primer pontífice argentino sino también un jefe de Estado y el representante máximo de la fe que profesa la mayoría de los habitantes de este país, por lo que un gesto de diplomacia institucional sería simplemente lo correcto.

Lo mismo cabe decir sobre el temporal que azotó la localidad de Bahía Blanca y dejó más de quince personas fallecidas, muchas aún desaparecidas y miles evacuadas. Más allá del papel poco digno de Bullrich, Petri y Espert durante su visita, el Presidente no se ha expresado públicamente y no les ha enviado mensaje alguno a los bahienses. Y si bien un mensaje para el Papa o para los habitantes de Bahía Blanca no es más que una declaración de intenciones vacía si luego no se ejerce el poder real para establecer vínculos sólidos con el Vaticano o para participar de la reconstrucción de la ciudad, lo curioso es valorar cuáles son las declaraciones que desde lo más alto de la institucionalidad política se eligen dar.

Por otra parte, es probable que, al menos en este caso, la provocación del video del 8 de marzo no se deba solamente a la denominada "batalla cultural" sino también a la necesidad de distraer a la opinión pública frente a una situación económica que no favorece al Gobierno: un decreto de necesidad y urgencia que busca pasar con poco ruido para permitir un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, a la vez que todos los movimientos presidenciales se encuentran teñidos por el ruido de la criptoestafa por la que Milei continúa siendo investigado.

Ante este escenario, y de profundizar el estilo confrontativo que, si bien es festejado por su núcleo duro, aleja a aquellos que lo eligieron sin demasiada convicción, La Libertad Avanza arriesga rifar la imagen positiva que el Presidente aún conserva gracias a la narrativa instalada del control: control de la inflación, control del tipo de cambio, control de la calle y control de un Parlamento que le ha dejado pasar casi todas sus propuestas.