El martes 3 de noviembre se celebraron las elecciones en Estados Unidos. Luego de varios días de conteo y reconteo, finalmente, Joe Biden fue elegido presidente del país del Norte. Esto cambia a un jugador clave del desafío más importante que tenemos como humanidad, el cambio climático. ¿Con que piezas podría jugar Estados Unidos este torneo climático?

El Rey

John Kerry, antiguo secretario de estado, hizo del cambio climático una prioridad diplomática durante el gobierno de Obama. Y se convertirá ahora, en un delegado especial para el ambiente con foco en ocuparse de todo lo que tenga que ver con diplomacia de políticas de cambio climático. Tendrá un asiento en el Consejo de Seguridad Nacional, algo que habla tanto de la importancia que tendrá la agenda como de la relevancia en términos de seguridad, propiamente dicha. Todo parece indicar que el rol de Kerry será de las puertas para afuera. Para el resto del tablero hay otras piezas

La Reina

Otro puesto clave es la coordinación de la EPA (Agencia de Protección Ambiental), puesto que parece estar peleado entre dos personas: Mary Nichols y O 'Mara. La primera y favorita es artífice de la ley de cambio climático que se impuso en California con una clara mirada de economía de mercados. Con límites a las emisiones y créditos que luego se podrían negociar. O'Mara, actual presidente de la "National Wildlife Federation" no llegaría a reunir el consenso que Biden necesita, aunque aún no se definió la contienda.

La Torre

Una novedad aparece en relación con el candidato para el Consejo de Calidad Ambiental de la Casa Blanca. Se trata de Mustafa Santiago Ali, quien le daría perspectiva étnica al tema ambiental, algo que sería un debut para un puesto tan determinante y en una coyuntura tan convulsionada con estos temas como la norteamericana.

El alfil

Ali A. Zaidi, profesor de Stanford que sirvió durante la administración de Obama, fundador de la iniciativa "abogados para un futuro sustentable" sería el candidato para la coordinación de cambio climático en la Casa Blanca y sus funciones serían implementar domésticamente todos los cambios que se negocien con los otros funcionarios de alto rango.

Los peones

Quienes juegan al ajedrez, aunque sea de manera aficionada, saben que si bien hay piezas importantes, sin una buena organización la partida se hace muy cuesta arriba. En partidas difíciles, muchas veces son los peones quienes terminan haciendo la diferencia. Es aquí donde la gente, los profesionales del ambiente deberán jugar también este juego ideando y demandando políticas más drásticas y audaces. Los jóvenes que han sacudido el tablero a lo largo y a lo ancho del mundo, se llevarán menos presión que las otras piezas, pero son igual o más importantes.

El equipo es bien diverso y la partida es complicada. Desde los sectores más conservadores reclaman que este equipo es demasiado arriesgado y, desde los sectores más ambientalistas, que no es lo suficientemente ambicioso para cumplir con las metas climáticas propuestas en el acuerdo de París. El pasado 9 de diciembre, la ONU comunicó en "Emissions gap" que los modelos pronostican -de seguir este camino- un escenario de +3°C de aumento de temperatura promedio global para fin de siglo, el doble de los +1,5°C pactados en el Acuerdo de París.

El equipo que está armando Biden probablemente no alcance para revertir la crisis climática hacia la que estamos yendo, pero sin dudas es un paso adelante. Sin irnos demasiado atrás en el tiempo, la anterior gestión de Estados Unidos directamente sacó a su país del Acuerdo de París y Biden, antes de asumir, ya se comprometió a volver a firmarlo. Como en toda partida difícil de ajedrez, lo más probable, es que la definan los peones.

* Responsable de la Licenciatura en Gestión Ambiental en UADE