PARIDAD EN LA MACRO

Hay dos 2024 para Argentina y su relación con el mundo

Sergio Massa puso en discusión los posibles caminos de inserción internacional que puede tomar el país. Qué modelo plantea cada candidato y qué resulta deseable

NSchuffer

Hace pocos días, en el Consejo de las Américas, un evento que todos los años convoca a grandes empresarios y a referentes políticos de todas las fuerzas, los tres principales candidatos a presidente expusieron sobre las perspectivas económicas y políticas para Argentina de cara al futuro. Al mismo tiempo, se daba a conocer la noticia de la incorporación de Argentina al BRICS.

En ese contexto, el ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa, planteó que existen dos 2024. ¿A qué hacía referencia? En este caso, a los posibles caminos de inserción internacional que puede tomar el país. Los discursos de los otros postulantes tuvieron como eje de inserción internacional únicamente a la relación con Estados Unidos y el rechazo rotundo al ingreso de nuestro país al BRICS, grupo en el cual se encuentran China y Brasil, principales socios comerciales de Argentina. Massa, en cambio, planteó un esquema diferente, de ampliación de relaciones comerciales e incorporación de socios tras la integración de nuestro país a este bloque comercial.

La entrada al BRICS resulta importante para Argentina por diversos motivos: fortalecerá la capacidad de negociación, aumentará las oportunidades de comercio y generará posibilidades de nuevas fuentes de financiamiento. Esto provocará en un beneficio tanto para las empresas, a través de las mejoras en sus relaciones comerciales, como para toda la población. Y permitirá, a su vez, ampliar y profundizar los lazos comerciales con China, principal origen de nuestras importaciones (21,5% del total) y segundo destino de nuestras exportaciones (9,1% del total). En este punto resulta importante destacar el rol de China, que ante la delicada situación de escasez de dólares que viene aquejando a la economía argentina tuvo un rol clave durante el último año al habilitar el uso del swap para el financiamiento de importaciones en yuanes. Esto se traduce en la compra tanto de insumos como de bienes intermedios que permiten sostener la actividad económica en un escenario por demás complicado. Por otro lado, el gigante asiático es el destino de más del 70% de las exportaciones de carne vacuna y el principal país para la exportación del poroto de soja. Por otro lado, representa el principal destino exportador de ocho provincias argentinas (Jujuy, Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Catamarca, Entre Ríos, San Luis y La Pampa).

Por otro lado se encuentra Brasil, principal destino de nuestras exportaciones (14.3%) y segundo origen de nuestras importaciones (19,7%). Además del trigo y la cebada se destacan los bienes de la industria automotriz y los vinos, que componen la canasta exportadora de las cuatro provincias argentinas que tienen a Brasil como principal objetivo de sus ventas al exterior (Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y La Rioja). Otro aspecto fundamental de la relación comercial que logró construir nuestro país con Brasil tiene que ver con la noticia que se dio a conocer en las últimas horas: luego de la reunión celebrada entre Sergio Massa y Lula Da Silva se anunció un mecanismo de financiación para importaciones brasileñas respaldada por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF). Su afectación principal sería la compra de autopartes y de alimentos.

Por último, India (otro de los miembros fundadores del BRICS) emerge con fuerza como socio comercial de Argentina. Su importancia en las ventas de la industria aceitera local hacen de este país el principal socio comercial de Santa Fe y de San Juan, el primer mercado del oro que se exporta desde la provincia cuyana.

A fin de cuentas, lo que se encuentra en discusión es el modelo de inserción internacional que tendrá Argentina durante los próximos años. Las opciones expuestas por los candidatos no parecen ser muchas. Por un lado se plantea un camino de relaciones comerciales reducidas a Estados Unidos (en decadencia en comparación a otras épocas), Israel y el FMI. Mientras que por el otro se discute continuar la relación con el FMI bajo un esquema de negociación constante abogando por los intereses de los argentinos y argentinas, el fortalecimiento del Mercosur como instrumento de integración regional y la ampliación del horizonte comercial plasmado, por ejemplo, en la reciente incorporación al BRICS.

Para un país con nuestra estructura productiva, cerrarse a un solo socio comercial no resulta deseable sino peligroso. Se debe plantear seriamente si Argentina debe buscar relaciones comerciales que prometen un futuro de reprimarización y un eterno rol de proveedor de materias primas o si se debe profundizar el camino que tiene como horizonte un futuro con más industria y con más valor agregado argentino.

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