COMUNIDAD BAE

La IA también hace arte y se abre un nuevo debate

El trabajo de los artista, puesto en jaque

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OpenAI, creadora de ChatGPT, anunció el proyecto de construir una red de centros de datos dedicados a inteligencia artificial en la Patagonia. Detrás de esto hay una oleada de IA que se mete en todos los aspectos de nuestra vida. Y ahora estará cada vez más cerca. No sorprende, por ejemplo, que la IA ya domine el índice de deuda corporativa de mayor calidad de JP Morgan, desplazando incluso a la mismísima banca tradicional.

Cuando apenas surgió la inteligencia artificial veíamos producciones de imágenes bastante confusas y aterradoras, como el recordado video del actor Will Smith comiendo fideos. Apenas dos años después, ese video bien podría ser una filmación real. Es que ahora cualquiera le puede pedir a un generador de imágenes o a un motor de IA que cree una obra de arte, un dibujo, una imagen realista o hasta una película. El Sora 2, lo último de ChatGPT, es una prueba fehaciente de ello.

Pero hay más. Ahora hasta la IA produce sus propias obras de arte, sin que nadie le pida hacerlo. Desarrollada en el Reino Unido por el galerista Aidan Meller, la robot humanoide Ai-Da utiliza algoritmos para procesar información visual a través de las cámaras en sus ojos y luego traduce esos datos en coordenadas que su brazo robótico ejecuta para dibujar o para pintar. No tiene emociones, conciencia ni experiencias de vida, pero su arte se expone en prestigiosas galerías y es furor entre los coleccionistas.

Otro caso se dio en Austria, donde dos estudiantes diseñaron un programa de inteligencia artificial denominado Flynn para actuar como un estudiante universitario y utilizar herramientas de IA para responder con voz y generar obras de arte. Lo pusieron a prueba en una entrevista de admisión para la Universidad de Artes Aplicadas de Viena, en la que ellos mismos estudian. Ingresó. No solo eso: va a clase y es un ejemplo para sus compañeros, según confirmó una profesora de la universidad, quien además reveló que parece entusiasta y ansioso por participar en las discusiones de clase, saluda alegremente y realiza presentaciones educadas.

Un debate muy presente

Todo esto nos lleva a hacernos una gran serie de preguntas: ¿la IA puede desplazar a los artistas o los complementa? ¿Quién es el autor de una obra hecha por IA? ¿Puede una IA tener derechos de autor? ¿Quién determina qué es un plagio y qué no? ¿Qué dice de nosotros que una máquina pueda conmovernos?

Podríamos seguir enumerando preguntas, pero hay algunos más apurados que otros en obtener respuestas. E imaginarás quiénes son: los artistas. ¡Pero claro! Esta situación pone en jaque su trabajo (y de eso se trata Comunidad BAE: ¡del trabajo!).

Si las personas compran obras creadas por una IA, ¿quién se interesará en las de un pintor? Si las películas son hechas con IA, ¿qué pasará con los actores? Si las canciones y sus letras están firmadas por una IA, ¿en dónde quedan los cantautores?

Hollywood ya padeció extensas huelgas de actores y de guionistas antes de encontrar una solución (aunque transitoria) para el asunto. Más de 200 cantantes muy conocidos como Billie Eilish, Juanes y Katy Perry e incluso bandas como Pearl Jam firmaron una solicitada el año pasado titulada "Dejen de devaluar la música" en contra de la IA. Hasta el mítico Hayao Miyazaki, creador de Studio Ghibli, se quejó: "Es un insulto hacia la vida misma".

El arte no le escapa a lo humano (y la IA tampoco)

No es la primera vez que el arte se enfrenta a una encrucijada como esta. La realidad es que desde el Renacimiento se busca cómo reemplazar al ser humano para abaratar costos en los diferentes campos de la creación artística. Pero ya lo dijo el artista Paul Klee: "El arte no reproduce aquello que es visible sino que hace visible aquello que no siempre lo es". 

Por lo tanto, el ser humano siempre encontrará emoción, novedad y sorpresa en el arte porque es eminentemente humano y su creación exige una vivencia personal. La IA solo reproduce imágenes a partir de otras imágenes o datos. No puede obtener inspiración en lo invisible. Los artistas (quienes realmente merecen ese título) no hacen arte como una vía para ganar dinero sino como una forma de expresión, de supervivencia, de escape.

La IA se alimenta de ellas para hacer imitaciones, recreaciones, pero siempre necesitará una base de datos humana, en constante renovación, para seguir actualizándose. Caso contrario, terminará haciendo refritos e imitaciones cada vez más alejadas de algo artístico. Si no lo creen prueben darle una imagen a la IA, pedirle que la recree y luego repetir ese pedido muchas veces. El resultado será diferente y cada vez peor.

 

Wes Anderson, el director de cine más prompteado 
Wes Anderson, el director de cine más prompteado 

Hay otro punto importante: todo lo que abunda pierde valor. Como reflexiona el ilustrador Antonio García Villarán en Fundación Telefónica, "el arte tradicional tendrá cada vez más valor porque se diferenciará entre arte tradicional, arte digital manual, arte digital con IA o, lo que será más habitual, arte digital con IA + manual".

Ya que estamos en tema, un estudio de Kapwing se preguntó quién moldea lo que crea la inteligencia artificial. Porque no solo son los algoritmos sino millones de usuarios que, con sus prompts, entrenan los diversos modelos en tiempo real. 

¿Qué artistas, marcas y estéticas se están imitando más?

 Estos fueron los hallazgos:

  • Wes Anderson encabeza la lista de directores de cine (92.378 prompts), muy por delante de Christopher Nolan o Stanley Kubrick.
  • Star Wars es la franquicia más imitada con 160.495 prompts, seguida por Batman (48.935) y El Señor de los Anillos (42.028).
  • Akira es el anime más referenciado con 53.333 prompts, seguido por Naruto (37.133) y Ghost in the Shell (32.586).
  • Alphonse Mucha es el artista más popular (230.794 prompts).
  •  Los ilustradores WLOP y Greg Rutkowski lideran su categoría. Este último está actualmente demandando a Midjourney y Stability AI por el uso no autorizado de su estilo.

Algunos creadores abrieron batallas legales con las IA. Ahora, las grandes empresas tomaron medidas para protegerse, ya sea limitando sus modelos o transfiriendo la responsabilidad ética a sus usuarios. Por ejemplo, el generador de imágenes DALL-E 3 de OpenAI está diseñado para rechazar solicitudes que requieren una imagen con el estilo de un artista vivo, así como también los pedidos de imágenes de figuras públicas, aunque no se sabe con certeza qué obra se utilizó para los datos de entrenamiento. 

Mientras tanto, Midjourney retiró su recomendación de intentar invocar artistas únicos para obtener un estilo como respuesta a la demanda colectiva en su contra.

Los debates se siguen acumulando y, paradójicamente, el arte original gana cada vez más valor.

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