GÉNERO Y NÚMEROS

Las diez economías con mayor paridad de género (y qué hacer para alcanzarla)

Cerrar la brecha impulsa el crecimiento global y los países avanzan en ese rumbo. Radiografía de un mundo todavía desigual

En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de construir sociedades equitativas, el Informe Global sobre la Brecha de Género 2025 vuelve a ofrecer una brújula crítica en materia de paridad. Publicado por el Foro Económico Mundial, el informe destaca que Islandia mantiene el liderazgo global por decimosexto año consecutivo, habiendo cerrado el 92,6% de su brecha de género, la cifra más alta registrada a nivel mundial.

 El podio lo completan otros dos países nórdicos: Finlandia y Noruega, replicando las posiciones del año anterior. Esta consistencia confirma el modelo escandinavo como referencia en políticas públicas de igualdad.

Una de las grandes sorpresas del año es el Reino Unido, que ascendió diez posiciones, hasta ubicarse en el cuarto puesto, gracias al crecimiento de la representación femenina en el Parlamento y a un gabinete con histórica paridad de género. Su índice de empoderamiento político pasó del 47,4% registrado en 2024 a un 64,3% en 2025, el salto más grande entre las economías del top ten.

En quinto lugar aparece Nueva Zelanda, que sigue liderando entre las economías no europeas a pesar de haber descendido un escalón con respecto a 2024. La otra economía no europea presente es Namibia, que se mantiene firme en la octava posición, con un 81,1% de su brecha cerrada. También se destaca el ingreso de la República de Moldavia, que escaló desde el puesto 13 hasta el 7, luego de triplicar su puntuación en paridad política desde 2006. Este avance refleja el impacto directo de acciones públicas activas orientadas a la inclusión de mujeres en la vida política y económica.

 

Europa domina el top ten, pero América latina pisa fuerte

Aunque el ranking está dominado por países europeos, el informe resalta el progreso sostenido de otras regiones. En ese marco, la región de América latina y el Caribe se perfila como líder del cambio en el mediano plazo: con la tendencia actual alcanzaría la paridad en 57 años, superando en velocidad a Europa (76 años) y a América del Norte (89 años).

Entre los países latinoamericanos que "aceleran hacia la paridad" se encuentran Ecuador y México, que demostraron avances notables tanto en representación política como en participación económica femenina.

El informe identifica las economías que evidenciaron un ritmo acelerado hacia la igualdad. Entre ellas se encuentran Bangladesh, Etiopía, México, Arabia Saudita y Ecuador. Aunque sus contextos socioeconómicos son diversos, comparten estrategias similares: inversión en educación femenina, ampliación de la representación política y marcos legales más inclusivos.

Las cuatro dimensiones de la brecha: política, económica, educativa y salud

Ninguna economía logró cerrar completamente la brecha de género en las cuatro dimensiones evaluadas: participación económica, salud y supervivencia, acceso a la educación y empoderamiento político. Incluso así, se observa una mejora generalizada en las dimensiones política y económica.

Desde 2006, el porcentaje de mujeres en cargos legislativos se incrementó 14,7 puntos, mientras que las que ocupan cargos ministeriales crecieron 12,6 puntos. También aumentó la participación femenina en sectores profesionales y técnicos, con una suba de 7,3%.

A pesar de los avances, las mujeres siguen estando subrepresentadas en carteras ministeriales claves como Economía, Defensa e Infraestructura. Estas áreas definen gran parte del presupuesto nacional, así como también decisiones estratégicas en contextos de crisis, por lo que su escasa presencia implica un riesgo estructural para la equidad.

El informe subraya que las trayectorias profesionales no lineales afectan desproporcionadamente a las mujeres. La economía del cuidado, aún subdesarrollada, puede ser fundamental para mejorar la productividad económica. Las mujeres son un 55,2% más propensas a interrumpir sus carreras (y por más tiempo) que los hombres, principalmente debido a las tareas de maternidad y cuidado.

 

 

Implementar sistemas integrales de cuidado no solo permite retener talento sino que también mejora la planificación de la fuerza laboral y genera un entorno más equitativo para todos.

Educación y subrepresentación

Aunque las mujeres superan a los hombres en lo que respecta a la educación terciaria, su participación en cargos jerárquicos todavía es baja: las mujeres representan solo el 29,5% de los directivos con estudios universitarios. Esta contradicción evidencia un desajuste sistémico entre formación y oportunidad.

En el plano político, menos del 33% de los Parlamentos del mundo está presidido por mujeres. Si bien existen 161 cuerpos legislativos con mandatos de igualdad de género, su liderazgo es mayoritariamente masculino. El informe advierte, además, que la subrepresentación femenina en los espacios donde se decide el rumbo del país tiene consecuencias económicas que abarcan desde la planificación presupuestaria hasta la inversión en sectores estratégicos.

 
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