Milei y el trémolo del poder: vibran el triángulo de hierro y el dólar
En los casi 20 meses de gobierno que acumula, Milei divide su tiempo entre las reuniones en la Rosada y la residencia de Olivos
La primera pista sobre cómo abordar al Javier Milei dirigente político que desde diciembre 2023 gobierna la Argentina la dio él mismo cuando se presentó como parte del triángulo de hierro donde se concentra el poder de La Libertad Avanza. Veinte meses después, hay más certezas sobre la capacidad de construcción y daño de cada vértice y su área de influencia. Aunque cerca de otra campaña por las elecciones bonaerenses y nacionales de medio término, la estructura núcleo parece vibrar al ritmo de un dólar inquieto.
A Milei lo complementan para gobernar: la secretaria general de la Presidencia y titular del partido violeta, armadora en territorio para llevar las “ideas de la libertad a cada rincón”, Karina Milei; y el asesor presidencial y líder de Las Fuerzas del Cielo, conductor del brazo armado digital con mismo objetivo, Santiago Caputo.
Los otros pocos que tienen acceso al máximo despacho de la Casa Rosada (siempre a media luz por la fotofobia del Jefe de Estado) saben que tamaña delegación de autoridad en los dos integrantes restantes del triángulo no responde a un acto de humildad del Presidente economista y outsider de los partidos tradicionales, sino a que su concentración está puesta casi únicamente en aplicar el modelo libertario al que llama de “ajuste, motosierra y estabilización”.
Para que ese apriete a los bolsillos y a la actividad, en conjunto con el achique del Estado en pos de sostener la rigidez fiscal, y el ritmo de una inflación mensual cercana a 1 o 2%; Milei conduce la macro y delega en Karina el armado de LLA y en Santiago Caputo la gestión en el marco de la Constitución y la rosca sin límites.
Son los únicos representantes de su voz y voluntad. Los une la confianza del Presidente, los separan estilos distintos, pero ambos trabajan la imagen de temibles e intransigentes por más que se rindan al estado permanente de negociación que suele requerir la política.
La hermana, “El Jefe”, es más hermética. El asesor estrella exprime, en cambio, los beneficios de una comunicación/relato eficaz. Ambos se anotaron éxitos como el triunfo en las urnas porteñas (Karina) y el blindaje a los vetos presidenciales con el aporte de “héroes” contra la mejora de las jubilaciones y los fondos universitarios en 2024 (S. Caputo) –situación que podría repetirse en las próximas semanas-. Todavía sangran, igualmente, heridas como la imparable investigación en Estados Unidos por la supuesta estafa con la criptomoneda Libra o la entrevista que brindó Milei al respecto, con una intervención sin editar publicada en el prime time televisivo.
Hay cicatrices, pero la ingeniería parecía dar resultados y anotar varios objetivos cumplidos. Hasta que, claro, llegó el momento de armar las listas electorales y “El Jefe” dejó afuera a la militancia de Las Fuerzas del Cielo. Ni golpeando las puertas de Olivos consiguieron lugares "entra les" para las urnas de la provincia de Buenos Aires de septiembre próximo. Hubo varios días de silencios en la Rosada hasta que el vértice (en apariencia actual, el más débil) al que le responden los jóvenes libertarios aclaró que no está en sus planes dejar el gobierno y que cuando lo haga será porque Karina así lo disponga.
Para mirar para adelante hubo una admisión mutua, desde filas del karinismo y el caputismo esta semana en los Pasillos del Palacio de Gobierno, de que la interna no hace más que afectar al oficialismo al borde de plebiscitar la gestión.
Áreas de influencia
Con sus dos alfiles dispuestos a sellar la paz y retornar a sus áreas de influencia y a aportar en otras sólo en caso de que sea necesario, Milei se dedica a la economía y a las mieles del logrado posicionamiento geopolítico de su gobierno con el de los Estados Unidos, Israel y parte de la nueva derecha en Europa. Y todo sin escatimar una cuota de pragmatismo para negociar el swap de monedas con China tanto como alentar el comercio con Brasil a pesar del manifiesto desprecio (tampoco fue gratis) por las ideas de los gobernantes de esos países.
En Casa Rosada descuentan para “pronto” otro viaje a Norteamérica para concretar la esperada visita de Estado. Milei se prepara para ingresar a la Casa Blanca y estrechar la mano del republicano, Donald Trump, quien no integra el triángulo de hierro pero parece tener en su mano la varilla que lo hace temblar con la misma intensidad de las variaciones de las últimas semanas en el precio del dólar.
Es la misma varilla con la que Trump impulsa la aceptación del modelo libertario para la Argentina en el Fondo Monetario Internacional (FMI). Por ahora, todo “ok”, dicen en los pasillos de Balcarce 50 donde saben que ese respaldo del prestamista de última instancia es clave en la previa electoral y dejan correr rumores de que junto al inminente desembolso de 2 mil millones de dólares puede haber novedades extra que aplaquen la subida de la divisa hacia el "techo" de las bandas de flotación. Atrás quedó el entusiasmo del verano por un dólar a mil para la campaña nacional.
Mileísmos, karinismos, caputismos
En los casi 20 meses de gobierno que acumula, Milei divide su tiempo entre las reuniones en la Rosada y la residencia de Olivos con sus hermana y los “karinos” (como “los Menem”, por Martín – presidente de la Cámara de Diputados de la Nación- y Eduardo “Lule” –mano derecha en el armado del partido violeta, con oficina en Balcarce 50-; el vocero presidencial y electo legislador porteño, Manuel Adorni; el subsecretario de Prensa, Javier Lanari; la presidenta del bloque de la Legislatura porteña por LLA, Pilar Ramírez; el presidente del bloque en la Legislatura bonaerense, Sebastián Pareja; entre otros.
En conjunto o por separado, Milei conversa también con Santiago Caputo, a quien llama constantemente en días agitados y le reconoce capacidad de gestión y un aporte determinante en la campaña presidencial 2023.
A veces, el Presidente recibe a todos juntos en una especie de mesa chica. Son citas que últimamente estaban frenadas por las fuertes diferencias entre el asesor estrella y “Lule” Menem. Ahora empezaron a retomarse todavía sin la presencia de Milei.
Otras pocas, convoca formalmente al gabinete general. Son los encuentros en los que quedó expuesta la fractura sin retorno con la vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado, Victoria Villarruel. Milei se reserva el derecho de admisión a quien fue excomulgada incluso antes de que iniciara la gestión, acusada por el karinismo de intentar un armado electoral propio.
Las puertas de Casa de Gobierno, en cambio, sí acostumbran ver pasar al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y a la de Seguridad, Patricia Bullrich (excandidata presidencial por el PRO, probable cabeza de lista violeta de senadores en octubre próximo por la ciudad de Buenos Aires). Recientemente, el Presidente contó que recibe a la Ministra en Olivos todos los domingos. Ella le lleva masitas. En otro orden, Milei suele postear en su red social preferida, X, los habituales encuentros con el equipo económico.
Si bien no forma parte del triángulo de hierro, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, goza del reconocimiento de un rol funcional y efectivo para tender puentes con el mapa de poder que completan los 23 gobernadores y un jefe de Gobierno, todos opositores –algunos ya aliados de Nación; otros oscilantes; otros férreos detractores-.