Subastas fetiche: del pastel de Lady Di al diente de Lennon

El fanatismo por personalidades famosas, músicos y artistas lleva a pagar sumas cuantiosas por objetos inesperados y hasta morbosos. 

BAE Negocios

Con la reciente venta por más de tres mil dólares de un trozo del pastel de bodas de la princesa Diana y Carlos de Inglaterra, una porción de torta de 40 años de antigüedad adornada con un escudo de armas real azucarado, sale a la luz el fanatismo extremo de ciertas personas por sus ídolos, una fetichista costumbre que va desde la subasta de un diente del músico John Lennon a los mensajes románticos que la cantante Madonna llegó a dejar en la contestadora de un exnovio, quien decidió comercializarlos, aunque ventilasen intimidades.

En el caso de la reciente subasta del trozo de pastel, fueron 2.200 libras las que un comprador de Londres, fanático de la realeza, decidió desembolsar para hacerse con una porción de repostería monárquica, conservada en un freezer y envuelta en film transparente, según las imágenes difundidas. "Quedamos sorprendidos por la cantidad de personas que querían pujar por este pedazo grande y único de la tarta real. Eso sí, ¡no recomendamos comerlo!", señalaron con atino desde la casa subastadora.

Con mazapán cubierto por un glaseado blanco, el pedazo de pastel -cuyo precio de subasta arrancó en 300 dólares- se vendió al comprador Gerry Laytonn, un coleccionista de Leeds. En julio se había rematado por 20 mil euros un triciclo de la infancia de Lady Di.

Pero la princesa Diana  no es la única que ha demostrado despertar fanatismos extremos, si se piensa que un admirador de John Lennon decidió gastar hace 10 años poco más de 30 mil dólares por un diente con caries que el ex Beatle se había extraído con un dentista debido al dolor que le causaba. Y claro, el comprador era a su vez un odontólogo oriundo de Canadá.

Otro caso es el de la reina del pop.  Madonna dejó varios audios "íntimos" a un ex novio, James Albright,  en la contestadora entre 1992 y 1993. Los cassettes con "contenido erótico" se remataron en el año 2009 por 40.000 dólares.

Guitarras, vestidos, chaquetas, cartas de personajes famosos han sido subastados a lo largo de la historia pero son objetos demasiado "corrientes" para algunos fanáticos, como el que pagó un millón de dólares por la ropa interior (dos calzones, bah) de Michael Jackson que, además, fueron una prueba incautada tras uno de los escándalos de abuso sexual.

Son cinco las veces que cambió de manos un espeluznante objeto: el disco Double Fantasy que Lennon le firmó a su asesino Mark David Chapman, unas horas antes de que lo ejecute en la puerta de su edificio, el Dakota, frente al Central Park. El disco firmado lo había escondido en una de las macetas gigantes a ambos lados de la entrada, donde fue encontrado esa noche por el vendedor original del álbum, quien lo guardó durante 18 años antes de venderlo en 1998. La primera vez que se subastó el disco se pagaron 150.000 dólares, pero en el último remate llegó a 1,8 millones de dólares.

 

Subastas fetiche: del pastel de Lady Di al diente de Lennon

Otra icónica pieza en la historia de las subastas es el vestido de Marilyn Monroe, con que le cantó "Happy Birthday" a John Kennedy, por el que un fan llegó a pagar 2,7 millones de dólares, probablemente no el mismo admirador que adquirió una radiografía de su tórax -cuando la rubia acudió a un chequeo médico- en 45.000 dólares. En tanto, un comprador gastó 138 mil dólares por dos cartas del menú del Titanic. 

Más acá en el tiempo, el ídolo teen Justin Bieber decidió subastar por eBay un mechón de pelo (con fines benéficos) que superó los 40 mil dólares mientras que Lady Gaga dio un concierto con uñas postizas que un trabajador del lugar luego encontró y subastó por 12.000 dólares. 

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