San Lorenzo suspendió el bono obligatorio de $10.000 para el clásico contra Huracán, una medida que había sido aprobada por la Comisión Directiva a mediados de agosto y que desató una fuerte polémica entre socios e hinchas. El cargo adicional, que debía aplicarse a todos los asistentes al encuentro en el estadio Pedro Bidegain, tenía como objetivo financiar obras en la infraestructura del fútbol juvenil, con una recaudación estimada cercana a los 250.000 dólares.

La decisión original fue comunicada el 12 de agosto, en una reunión dirigencial en la que se definió que el bono sería obligatorio tanto para socios como para no socios. Sin embargo, la reacción del público azulgrana no tardó en llegar: en redes sociales y foros de hinchas, el malestar se multiplicó, con críticas a la dirigencia por aplicar un cargo extra justo en el clásico de barrio frente a Huracán, uno de los partidos más importantes del año.

“Ya pagamos la cuota todos los meses, no corresponde que encima cobren un bono”, fue una de las frases más repetidas por los abonados. La medida, además, coincidía con un contexto económico difícil para muchos socios, lo que profundizó la bronca.

Ante el clima adverso, la Comisión Directiva resolvió dar marcha atrás y confirmó que el bono no será aplicado en el clásico del Clausura. En su lugar, las entradas se comercializarán de manera habitual, a través del sistema ADN San Lorenzo, con canje de populares, liberación de lugares en las plateas, canje express y venta de localidades.

El club aclaró que la medida no fue descartada definitivamente, sino reprogramada para otro encuentro del torneo, que será anunciado próximamente. La intención de la dirigencia es mantener la idea de recaudar fondos para los juveniles, pero sin afectar un partido tan sensible como el clásico.

El trasfondo económico

La iniciativa se enmarca en la necesidad de San Lorenzo de encontrar ingresos extraordinarios para equilibrar sus cuentas. La institución atraviesa desde hace años una situación económica delicada, con deudas acumuladas y la búsqueda constante de nuevas fuentes de financiamiento.

El destino del dinero, según se explicó oficialmente, iba a ser la mejora de la infraestructura del fútbol formativo, un área clave en la historia del club, que a lo largo de las décadas fue semillero de figuras para el primer equipo.

Reacciones de los hinchas

Si bien la suspensión del bono fue celebrada por gran parte de los socios, todavía persiste la incertidumbre sobre cuándo y cómo se aplicará la medida. En redes sociales, algunos hinchas expresaron alivio por no tener que pagar un extra en el clásico, mientras que otros advirtieron que el problema de fondo no desaparece: “Lo sacaron ahora porque no les convenía, pero en cualquier otro partido lo van a meter igual”, señalaron.

Antecedentes en el fútbol argentino

El caso de San Lorenzo no es aislado. En los últimos años, varios clubes implementaron bonos o adicionales para partidos relevantes. River y Boca, por ejemplo, aplicaron cargos extraordinarios en instancias de Copa Libertadores, mientras que Independiente en su momento sumó un “bono contribución” para sostener al club en momentos de crisis.

En la mayoría de los casos, estas medidas generaron resistencia entre los socios, que consideran que el valor de la cuota ya debería cubrir el acceso a los encuentros más importantes.

El clásico de barrio, sin extras

Con esta marcha atrás, el clásico contra Huracán se jugará con la pasión habitual pero sin cargos adicionales. El encuentro, que paraliza a Boedo y Parque Patricios, tiene un valor simbólico enorme y suele estar rodeado de un clima especial. Por eso, la decisión de suspender el bono fue leída también como un intento de descomprimir tensiones y evitar que la protesta económica opaque lo deportivo.

El club ya puso en marcha el sistema habitual de canje y venta de entradas, y se espera que el estadio Pedro Bidegain luzca repleto el próximo sábado.

La historia del bono, en tanto, seguirá abierta: si bien no se aplicará en este clásico, la dirigencia dejó en claro que el cobro de los $10.000 será inevitable en otro encuentro del Clausura. La incógnita es cuándo y contra quién.