El déficit fiscal que se registrará al final del mandato de Mauricio Macri será de $1 billón, casi igual a la base monetaria, aseguró el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) en un informe difundido ayer. El número comprende el rojo total del Sector Público Nacional, es decir, el primario más los intereses de la deuda pública.

Como punto de comparación, Idesa destacó que el stock de Leliq que acumulan los bancos y cuya contraparte son plazos fijos de los ahorristas asciende a $1,2 billón, mientras que la cantidad de dinero en pesos en manos de la población (efectivo, cuentas corrientes y cajas de ahorro) alcanza los $2,2 billones.

Además, planteó que el déficit fiscal total, compuesto por el desequilibrio del sector público más el déficit cuasi fiscal representado por las Leliq, es casi equivalente al dinero que está "en manos de la gente".

En ese marco y desde un punto de vista ultraortodoxo, Idesa planteó que la única forma de evitar una espiralización es a través de un fuerte ajuste. "Caso contrario, será la hiperinflación la que se encargará de ajustar al sector público de manera traumática y socialmente muy costosa".

Para el instituto, la situación fiscal refleja "una crisis terminal y no una mera perturbación transitoria". En ese sentido, señaló que eso se evidencia en que "nadie está dispuesto a prestarle al sector público", algo que se puso de manifiesto en agosto, cuando el Gobierno quiso renovar las Letras del Tesoro y tuvo que declarar desierta la licitación y anunciar el reperfilamiento de la deuda de corto plazo.