El salario real cayó 7,4% interanual en julio, informó ayer el Indec. El declive se desaceleró respecto del mes anterior, cuando había marcado 10,1%, debido en parte a un leve rebote del poder adquisitivo tras 19 meses en baja y también a que se compara con una base más baja. Sin embargo, el estallido de la corrida posterior a las PASO y la consecuente escalada inflacionaria volverá a profundizar el deterioro.

El organismo estadístico precisó que el índice de salarios subió en el séptimo mes 4,7% en términos nominales. Al calcular el impacto de la inflación de 2,2% de julio, que fue la más baja del año, la recuperación real de los ingresos fue del 2,4%. La mayor suba nominal se dio entre los trabajadores registrados del sector público, que tuvieron una recomposición del 6,2%. En el sector privado formal el alza fue del 4,3% y en el informal, del 3,6%.

En términos interanuales, la caída real más abrupta fue para los trabajadores no registrados, quienes perdieron el 12,8% de su poder de compra. En tanto que los asalariados privados perdieron el 6,7% y los estatales, el 5,1%.

Los datos del SIPA, publicados ayer por el Ministerio de Producción, también mostraron una desaceleración de la caída de los salarios privados. En esta serie, la merma fue del 4,3%.

Según la medición del Instituto Estadístico de los Trabajadores, en agosto el retroceso salarial se aceleró otra vez. De acuerdo a su serie, pasó del 8,1% interanual en julio al 8,4%. Así, desde noviembre de 2015, antes de la asunción de Mauricio Macri, el poder adquisitivo se hundió 18,4%.

La caída de los ingresos fue la principal causa del salto de la pobreza al 35,4% en el primer semestre (Ver aparte). El nuevo derrape precipitado por la devaluación adelanta un nuevo deterioro de la crisis social en la segunda mitad del año.