La amenaza de una nueva corrección poselectoral
La propia apreciación genera presiones
La expectativa es que la balanza de bienes aporte nuevos dólares el próximo año, por lo que el Gobierno espera crecer 3,5%. Una proyección pone en conflicto a la otra, excepto que haya otra corrección cambiaria, ya que, con crecimiento y apreciación, las importaciones crecerían.
El economista Juan Balasini señaló: "Esa dinámica de crecimiento, que implica más importaciones, ¿en que medida no presiona el dólar o consume las reservas? La balanza comercial depende de cuánta apreciación el Gobierno quiera tolerar en la estrategia electoral. Después es insostenible". El analista financiero Christian Buteler agregó: "Si el IPC sigue en el 2,5% hasta las elecciones, y el tipo de cambio se sigue apreciando, se genera una tensión que en algún momento se van a ver tentados a arreglar con otra devaluación y vuelta a empezar".