En junio

El BCRA dejó el sesgo contractivo y la emisión se disparó

Hasta abril, la dinámica monetaria venía mostrando a un Banco Central enfocado en la prudencia. En mayo se aceleró la maquinita y en junio pegó un fuerte salto. Todos los factores de explicación de la base monetaria fueron expansivos, por primera vez en el año

mcortiz

Todo se conjugó para que en junio volviera a acelerar el uso de la maquinita, con una fuerza todavía inferior a la del 2020, pero con un importante impulso. Se imprimieron $218.360 millones. Por un lado, los intereses que pagan las Leliq y Pases siguieron creciendo, en línea con lo esperado. Por otro, por primera vez en lo que va del año, los pasivos remunerados sufrieron un desarme que terminó generando emisión. A eso se le sumó la asistencia al Tesoro, con el pago de aguinaldos como inflador, y la continuidad en las compras de divisas. Todas las ventanillas ejercieron presión en junio.

Junio es un mes en el que la estacionalidad de la demanda de dinero crece. Es decir, el BCRA suele verse "autorizado" a emitir más por el solo hecho de que esos pesos tienen destino asegurado, por ejemplo para el pago de aguinaldos. Se estima a esa diferencia, respecto a la demanda usual de mayo, en torno al 2%. Sin embargo, la impresión de billetes creció en torno a 43% en junio. La base monetaria, subió en torno a 3,7% real, si se confirma una inflación de 3,1% real tal como la que proyectó el último REM del BCRA. Mayo, además, ya había sido un mes de aceleración en el uso de la maquinita.

Así, mientras que entre enero y abril lo que dominó fue la prudencia monetaria, con una absorción de $100.145 millones durante ese cuatrimestre, en mayo se disparó gracias a la compra de dólares del BCRA, lo que permitió incrementar las reservas e intervenir en el mercado paralelo del dólar. También aportaron lo suyo los intereses de las Leliq y Pases, en tanto que la relación con el Ejecutivo fue moderada: a los $50.000 millones que envió el BCRA se le contrapusieron los $46.500 millones que absorbió gracias al envío de divisas para pagar intereses a organismos interncionales.

 

Así, Mayo tuvo una emisión de $147.082 millones, que ya convirtió en positivo al signo de la maquinita 2021. En junio, tal lo dicho, hubo una fuerte aceleración de la dinámica: esta vez, todos las ventanillas se combinaron para ejercer presión. 

Los intereses de Leliq y Pases no dejan de crecer. Se emitió $111.921 millones en junio, una suba de 7,1% respecto al mayo que ya era récord. En lo que va del año, este canal, el de la remuneración a los bancos por las herramientas que permitieron absorber billetes, moderando la inyección monetaria durante todo el 2020 y hasta mayo del 2021, fue el segundo en importancia. Se imprimieron $572.302 millones por ese lado.

El crecimiento interanual de este factor de explicación de la base monetaria es importante: saltó 33,9% interanual, en términos reales, a partir de una suba de 90,2% nominal de lo que se emitió durante el primer semestre, en comparación con el mismo período del año pasado y una inflación promedio del primer semestre que creció 42% respecto al mismo período del 2020.

Pero eso no fue todo. La compra de dólares por parte del BCRA es una gran herramienta para ganar artillería antidevaluación y utilizarla en épocas complicadas. Es un elemento fundamental para intentar blindar la recuperación económica, que se derrumbaría si hubiera una devaluación. Sin embargo, su contrapartida en emisión monetaria se encontró en este caso con un contexto en el que el resto de los factores de explicación de la base monetaria no ayudaron. Todos generaron emisión.

Si bien desaceleró en junio, la compra de dólares del BCRA todavía generó una emisión monetaria de $69.258 millones. 

A eso se le sumó que en junio el BCRA le envió $90.000 millones al Tesoro, pese a las buenas licitaciones que logró la Secretaría de Finanzas. Si bien no todo fue utilizado aun por el Gobierno, el pago de aguinaldos implicó esa demanda extra. Fue la mayor transferencia de utilidades del Central en lo que va del 2021.

Por último, como para cerrar un panorama que mostró que en junio todo se conjugó para sumarle a la emisión, fue la primera vez que el stock de Leliq y Pases tuvo una caída. Es decir, además de los intereses que pagan, en junio generaron impresión de billetes por su desarme de stock. Pese a que en junio hubo desarme, a lo largo del año crecieron al doble del ritmo que la base monetaria, lo que sigue alimentando los pagos de intereses. Fue de apenas $14.456 millones, eso sí. La explicación aparece por el lado de la nueva normativa que le permite a los bancos integrar encajes con letras del Tesoro

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