El BCRA logró achicar sus Pases en $11 billones
La baja de tasas permitió, más allá de la disparada del dólar, reducir el stock de Pases de la autoridad monetaria, lo que achicará los pagos de intereses mensuales a los bancos. Sin embargo, implica más deuda para el Tesoro, que paga una tasa más alta
Se desplomaron los Pases, que redujeron su stock en casi $10,8 billones en el inicio de la semana. El Gobierno dio un paso grande hacia uno de sus autodeclarados objetivos primarios, que es la eliminación de los pasivos remunerados del BCRA: tras la maniobra en tándem entre el Central y el Ministerio de Economía, bajando la tasa de política monetaria y poniendo tasas mínimas en la licitación del Tesoro, los Pases a 1 día se redujeron desde los $32,7 billones hasta los $21,9 billones. El fenómeno seguirá reduciendo, tanto por la menor tasa como por el stock más bajo, la emisión que generan los intereses que el BCRA le paga a los bancos, aunque no está libre de riesgos: además de la subida del dólar, aumentó la deuda del Tesoro.
La licitación del Tesoro fue el jueves pasado y se liquidó este lunes. Los datos del resultado definitivo en términos monetarios los publicó este martes el BCRA, que exactamente una semana atrás apuró la baja de la tasa hasta una de 3,3%, invitando a las entidades a salirse de los Pases a 1 día para meterse en las Lecap del Tesoro, que ese mismo día la Secretaría de Finanzas ofreció con una tasa mínima de entre 4% y 4,2%.
Así, el Tesoro terminó haciéndose de $11,7 billones (le vencía deuda en torno a $3,1 billones esa misma semana, por lo cual obtuvo un neto de $8,6 billones) y el BCRA redujo su stock de Pases, que no son otra cosa que una deuda cuasifiscal que devenga intereses del 3,3% mensual, desde los $32,7 billone hasta los $21,9 billones. De esa reducción de casi $11 billones, unos $7,5 billones los explicó el sector financiero privado y los restantes $3,2 billones los bancos públicos.
El movimiento es un éxito si se lo mide en los términos del actual Gobierno, que desde el primer día señaló que los pasivos remunerados en pesos del BCRA eran, para su punto de vista, la principal amenaza que pendía sobre la economía. No todos los economistas coinciden. De hecho, la maniobra realizada, señalan, tiene sus riesgos: mientras el Central se desendeudó en la cuenta en la que paga al 3,3%, con el beneficio de aminorar la emisión por intereses a los bancos, el Tesoro se endeudó al 4% o 4,2%. Y si en algún momento el rollover de las licitaciones llega a fallar, y el superávit fiscal se llega a convertir en déficit, deberá ser la emisión monetaria la que lo cubra.
En ese sentido, en referencia a la noticia de la caída del stock de Pases, el jefe de Research del Romano Group, Salvador Vitelli, señaló: “La contracara de ello, es la migración de deuda del BCRA al Tesoro, este último incrementando su stock de deuda en un monto similar al desarme de pases, pagando algo más de tasa incluso en esta licitación”.
Y coincidieron en la lectura desde Portfolio Personal Inversiones: “Esta estrategia no está exenta de riesgos. Si desaparecen los Pasivos Remunerados y el activo de los bancos se aloja en deuda del Tesoro se produce un descalce de plazos. En el extremo, en el pasivo tendrían el depósito más largo 30 días (PF), mientras que el activo más corto sería una LECAP a 30 días. El enfoque cierra con un fisco muy prolijo (sobre todo al salir del Cepo) que garantice el rollover de la deuda. De lo contrario, también se pagaría con emisión tanto por eventuales intervenciones en el secundario para sostener la curva o al vencimiento de los títulos”.
Parte de los pesos que llovieron sobre el Tesoro, con origen en los Pases del BCRA, se utilizaron para que el Gobierno le compre a la autoridad monetaria $700.000 millones de AL30 que el Central tenía en su poder, lo que hizo que esa cantidad de pesos se esterilizara. Al resto, el Gobierno lo puso en su cuenta en el propio BCRA, lo que también saca pesos de circulación, aunque se espera que cubran un potencial déficit fiscal en junio.