El PBI siguió cayendo en julio y la supertasa complica la recuperación

La contracción del salario real se consolidó como una explicación clave del nuevo escenario de estancamiento de la actividad económica y también de la desinflación. El PBI frenó la recuperación en forma de V desde febrero y cayó 1,3% desde entonces. Los primeros indicadores adelantados de julio dejaron entrever una nueva contracción. El tipo de interés en niveles elevados complica el crédito y, por ende, el capital de trabajo y el consumo

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La actividad económica volvió a dar malas noticias en junio: cayó un 0,7% desestacionalizado respecto al mes previo, que ya había mostrado una baja, y de esa forma consolidó su baja iniciada en marzo. De hecho, junio terminó un 1,3% por debajo de los niveles del PBI de febrero. Lo que va del 2025 mostró un signo negativo, más allá de que la comparación interanual sigue mostrando mejoras por motivos estadísticos. Junio cerró un 0,7% por debajo de los niveles de diciembre. De esa forma, se rompió el rebote en V. La baja del salario real explicó la tendencia negativa y las proyecciones son malas para lo que viene: la suba de tasas modera el acceso al crédito y eso impactará algo más en el consumo.

El Indec publicó el informe del Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) correspondiente a junio. La baja del mes fue todavía con una tasa de interés en niveles algo más normales, sin embargo, desde mediados de julio empezaron a dispararse, con el desarme de las Lefis y el ida y vuelta regulatorio del Gobierno. En agosto ya empezaron a volar demasiado alto y hoy un adelanto en cuenta corriente, una canilla de préstamo fundamental para que las empresas financien capital de trabajo, exige un tipo de interés del 89,68% nominal anual, es decir un 7,5% mensual.

Esa dinámica de la tasa viene afectando a los hogares, lo que implica un impacto en el motor clave de la actividad económica, que es el consumo. Los préstamos personales, por caso, exigien hoy una tasa del 69,7% nominal anual, es decir un 5,8% mensual, muy por encima del IPC del 1,9%. Eso derivó en los últimos meses en un incremento sostenido del incumplimiento de las familias, que no llegan a pagar los vencimientos, incluso en las tarjetas de crédito. Según el BCRA, en mayo el ratio de irregularidad en préstamos personales de los hogares llegó al 5,6% y en tarjetas al 4,2%. En ambos casos, niveles que no se veían desde el 2021 y que alejan del acceso al crédito. Este viernes se publicará el número de junio.

El economista jefe del Grupo SBS, Juan Manuel Franco, explicó: “Tal como venimos marcando desde hace un tiempo, es a nuestro entender el elevado nivel de tasas reales ARS de los últimos meses, junto a salarios privados registrados que han mostrado cierto estancamiento tras el rebote desde mínimos de 2024, factores que podrían estar limitando el potencial del rebote de la economía, llevando a un estancamiento en el 2T25. En este sentido, datos del BCRA a mayo mostraron un nuevo aumento en el ratio de mora de los créditos al sector privado, con las familias más afectadas que las empresas, factor que impacta sobre consumo y actividad”.

Y agregó sobre lo que viene: “Mirando a julio, los indicadores que monitoreamos presentan, en su mayoría, un sesgo moderadamente bajista. De acuerdo con nuestras series desestacionalizadas, cedieron en términos mensuales la recaudación del IVA interno, la demanda eléctrica, la producción de acero, la producción de autos, las ventas de cemento, al igual que el Índice Construya. En tanto, las ventas minoristas (CAME) también se contrajeron. Mostraron un avance, siempre según nuestras series desestacionalizadas, la recaudación de Débitos & Créditos y las ventas de autos”.

Desde la consultora ACM señalaron: “tanto en mayo como en junio, la actividad retrocedió, concatenando dos meses consecutivos de caídas y dejando a la economía en valores por debajo de los existentes a principios del año. En este sentido, entre febrero (pico de actividad durante 2025) y el mes de análisis, la economía cayó 1,3% en términos desestacionalizados”.

Si la actividad se mantiene estancada hasta fin de año, el PBI crecerá un 4%, explicado por el arrastre estadístico y por debajo del 5,5% proyectado por el FMI.
 

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