El mercado no confía en el pago de deuda soberana
El vicepresidente de Moody's y analistas locales señalaron que el mercado no confía en la certeza que manifiesta el Gobierno acerca de que estén garantizados los pagos de deuda en 2025. La negativa a unificar dólares, la lejanía de la salida del cepo y el atraso cambiario, entre las razones
El riesgo país continuó clavado por encima de los 1.500 puntos, cerró en 1.510 puntos el martes y ese indicador del humor de los mercados financieros confirma cierta desconfianza por parte de los bonistas para con el optimismo oficial. Desde la calificadora de riesgo Moody's brindaron una explicación sobre el porqué del fenómeno. Coincidieron en la lectura los analistas locales y agregaron que el hecho de que el horizonte de salida del cepo se aleje motoriza la desconfianza.
Su vicepresidente Jaime Reusche afirmó al respecto que “los mercados ven que va a estar muy difícil cumplir con todos los pagos de deuda” y que “sorprende la reticencia del Gobierno a hacer un ajuste del tipo de cambio”. Las consultoras locales coinciden en que el alejamiento de la salida del cepo, que obtura la entrada de divisas, frena la baja del riesgo país.
En ese sentido, el socio gerente de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez, afírmó: “Las calificadoras convalidan lo que el mercado ya juzgó y puso en precios antes. El riesgo país volvió a 1.500 puntos hace bastante justamente mirando estas cuestiones vinculadas a la postergación de la flexibilización de los controles cambiarios”.
Y coincidieron desde FMyA: “El mercado empieza a incorporar como escenario más probable la remoción del cepo recién a partir de 2025. Como venimos comentando, la salida de los controles sería el “game changer” para que los activos vuelvan a los máximos de mayo, y esta posibilidad se juzga como cada vez más remota; la continuidad del cepo deja expuesta a la economía a mayores riesgos y el mercado está observando esta dinámica con nerviosismo”.
En ese sentido, una salida del cepo implicaría también una devaluación, tal la reclamada por Moody's en nombre del mercado, que además de eliminar la brecha y el atraso cambiario, según FMyA, tendría un costo en términos de inflación y actividad menor “a lo que se imagina”, tomando en cuenta el escaso nivel de consumo, que no permitiría mayores subas.
El Gobierno, tanto en palabras del presidente Javier Milei, como del ministro de Economía, Luis Caputo, viene insistiendo en que los dólares para los pagos de deuda del año que viene están garantizados. En ese sentido, el riesgo país es un buen indicador de qué tanto el mercado cree en esas palabras, ya que mide el diferencial de tasa exigido por el mercado para comprar un bono soberano en dólares, respecto a la deuda de riesgo cero, que es la deuda de EE.UU., el emisor de la moneda dura.
La fuerte acumulación de reservas en la primera parte del año, que llevó a las netas a pasar de un negativo de USD11.000 M a un nivel neutro, generó expectativas de capacidad de pago y eso llevó a Milei a celebrar en reiteradas ocasiones, en abril, por el logro de llevar un riesgo país que estaba en 1.920 puntos el día de su asunción hasta los 1.148 puntos. Hacia la última semana de mayo el BCRA empezó a mostrarse vendedor de divisas y el riesgo pais dio un salto fuerte, luego intensificado por la decisión oficial de priorizar la desinflación por sobre la acumulación de dólares, con la intervención en la brecha como principal expresión.
Reusche afirmó: “La acumulación de reservas que se empezó a dar en el primer semestre, se complicó y los mercados están preocupados acerca de que va a haber algún tipo de reestructuración de la deuda el año que viene”. Y agregó: “Nuestro escenario base, y es por eso que todavía no hemos movido la calificación de riesgo, y la tenemos en un nivel bastante bajo, que indica que hay una alta probabilidad de que se dé algun tipo de renegociacion o intercambio de deuda como el que vimos en el mercado doméstico”.
Y finalmente cerró: “Desde nuestro punto de vista sorprende la reticencia del Gobierno de hacer un ajuste del tipo de cambio. Nuestro escenario base tenía que después de la devaluación de diciembre se tendría que dar otra este año en algún momento, para cerrar la brecha entre el dólar paralelo y el oficial. Pero el Gobierno ha estado insistente en que no va a abandoar el crawling peg del tipo de cambio en ningún momento. Eso está previniendo que se den los ajustes de las cuentas externas del país y eso es lo que preocupa”.