Expectativa de devaluación y sequía sostienen el rojo externo
El Indec publicó la balanza de bienes de abril, que volvió a mostrar un rojo comercial preocupante. En el primer cuatrimestre alcanzó los casi 1.500 millones de dólares. Aunque la energía ya no genera salida de divisas, las exportaciones siguieron cayendo con fuerza y el control importador no alcanzó
En abril hubo nuevamente déficit comercial: fue de USD126 millones, un número menor al abultado rojo de marzo pero mantiene encendidas las alarmas ya que en el primer cuatrimestre del año se acumuló un negativo de USD1.469 millones. Las exportaciones cayeron 29,3% interanual, en el contexto de una sequía histórica, aunque también se destaca como explicación la persistencia de una expectativa de devaluación alta. Así, la baja en las importaciones no alcanzó a compensar ese deterioro. Tampoco la mejora notable en la balanza energética que, de la mano de las ventas de crudo a Chile y la baja en el precio internaciona del gas, dejó atrás el pronunciado rojo que signó al 2022.
El Indec publicó el informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA), que da cuenta de la balanza de bienes tal las declaraciones juradas de Aduana, es decir a partir del dato devengado y sin tener en cuenta lo que efectivamente ocurrió con los pagos, en donde la deuda comercial de las empresas, forzada por las regulaciones actuales, establece diferencias que se van haciendo crecientes.
Las exportaciones cayeron 29,3% interanual, principalmente traccionadas por la baja en las del agro, y las importaciones 12,6%. Así, pese al intento de ajustar compras externas, no se logró evitar el déficit comercial de USD126 millones. Desde ACM consideraron que la sequía sigue siendo la principal explicación pero buscaron no subestimar el factor cambiario: "La dinámica comercial de este año está siendo influenciada, entre otros factores, por las distorsiones cambiarias. En este contexto, la brecha cambiaria aumenta la incertidumbre respecto al tipo de cambio y las expectativas de devaluación. Es así que, ni el tipo de cambio preferencial está pudiendo compensar la caída de las exportaciones ni del saldo comercial, que registra por segundo mes consecutivo un resultado deficitario".
Desde LCG subrayaron el efecto sequía y su persistencia hacia adelante: "La BCR continúa ajustando sus proyecciones de cosecha a la baja en virtud de la sequía que aqueja al país. Las exportaciones podrían caer en torno a los USD18.000 M, 20% menos que en 2022). Teniendo en cuenta la menor disponibilidad de divisas asociadas a la caída de las exportaciones, se podrían profundizar los controles sobre las importaciones. Sin margen de maniobra este recorte continuará teniendo consecuencias negativas directas sobre los precios domésticos y el nivel de actividad".
Coincidieron desde Abeceb, consultora que remarcó que la baja de las exportaciones fue la peor para un mes desde aquel diciembre del 2020 de paro portuario en Rosario y proyectó un superávit máximo de apenas USD1.500 M en el año; es decir, un 82% por debajo de 2022. "El primer cuatrimestre cerró con un déficit comercial acumulado de USD1.418 millones cuando el año pasado había mostrado un superávit de USD2.840 millones, marcando una reversión de nada menos USD4.258 millones en la cuenta comercial", redondeó Abeceb.
La nota la viene dando el sector energético, que en 2022 fue el epicentro de los problemas y que en 2023, con las exportaciones de petróleo crudo a Chile y la baja de precios internacionales del gas, pasó a positivo. Hubo un superávit de USD91 millones en esa cuenta y totaliza USD285 millones en lo que va del año. Abeceb dijo: “el deterioro del saldo comercial en 2023 no será mayor gracias al notable achicamiento del déficit en la balanza comercial energética que pasaría de un saldo negativo de USD4,359 millones en 2022 a un ligero déficit entorno a USD1,000 millones en 2023, no pudiendo descartarse incluso un virtual equilibrio. Esta mejora se consolidaría aún más a partir de 2024 de la mano del pleno funcionamiento del gasoducto Néstor Kirchner, que habilitará la sustitución de gas importado por producción local. De este modo, a la reversión del efecto sequía se le sumará en 2024 un mayor aporte de divisas del sector energético”.