Como parte del paquete de medidas para aliviar la situación de los sectores más críticos, el Gobierno definió que se otorgue un bono o suma fija a los trabajadores del sector formal, para que recuperen parte del poder adquisitivo que se vio afectado por la aceleración de precios que escaló con la devaluación dispuesta luego de las elecciones primarias. 

El ministro de Economía, Sergio Massa, explicó que la decisión de depreciar la moneda argentina, fue una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional para habilitar el último desembolso de 7500 millones de dólares, que finalmente se concretó el 23 de agosto. Fue en el marco de la revisión de las metas del acuerdo entre el FMI y Argentina por el préstamo de 45.000 millones de dólares.

La devaluación volvió a empujar los precios. En cadenas de electrodomésticos, por ejemplo, superó el 100% de remarcación de precios. Pero lo más sensible fue el incremento de los alimentos, ya que impacta en los sectores de menores ingresos, tanto asalariados formales como informales y jubilados.

El Ministerio de Economía determinó que la suma fija para trabajadores del sector formal tanto público como privado será de $60.000 y la cobrarán los trabajadores con salarios netos (de bolsillo) inferiores a $400.000 mensuales.

La suma fija se pagará en dos veces, en septiembre y octubre y podrá ser tomada a cuenta de las negociaciones paritarias, muchas de las cuales ya comenzaron a repactarse.

Como contrapartida, en el caso de las empresas privadas, el Estado tomará ese monto como pago a cuenta de contribuciones de Micro (al 100%) y de Pequeñas y Medianas (al 50%) empresas para aliviar la carga del pago y garantizar que se cumpla con la medida.

La suma fija será cobrada por cerca de 4 millones de trabajadores: 5,5 millones de trabajadores del sector privado y unos 390.000 empleados del sector público.