Advierten que el riesgo es que no haya cambios en el esquema cambiario y monetario

El Gobierno llegó a las elecciones con importantes desequilibrios que, afirma cierto consenso entre analistas, deberá intentar corregir. El amplio resultado electoral le dará aire para hacerlo con una mayor tranquilidad, pero el riesgo sería que un cierto envalentonamiento lleve a la idea de que no son tan necesarios 

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El sorpresivo resultado positivo para el Gobierno brindará un respiro al oficialismo y a los mercados: la corrección de los desequilibrios en el mercado cambiario, con una fuerte salida de dólares que obligó a dos salvatajes del FMI y el Tesoro de los EE.UU., y en las variables que se ajustaron para intentar frenarlos, como la suba de tasas y encajes, se podrá hacer sin que el mercado esté sumando presiones inmanejables. El gran riesgo es un envalentonamiento que derive en una apreciación cambiaria que no dé vuelta los números del balance externo, alla Cambiemos en 2017, luego de su también apabullante triunfo sobre el peronismo.

El ministro de Economía, Luis Caputo, dijo la semana pasada que se sentía “más que cómodo con el valor del dólar”, situación a la que llegó luego de una suba que llevó a la cotización al techo de las bandas. Por otro lado, también había afirmado que no habrían cambios en el esquema de bandas. Si la euforia poselectoral lleva a la divisa a la baja, podrá volver la pérdida de competitividad que dejó un rojo en la cuenta corriente del balance cambiario en trece de los últimos quince meses y que obligó a un rescate primero del FMI, después del agro y finalmente del Tesoro de los EE.UU. 

Entre analistas parece haber coincidencia en que el BCRA precisa acumular reservas, lo que, de ocurrir, sumará demanda en el mercado cambiario, que en cambio estará aliviado en términos de fuga, dado el fin del riesgo electoral. Lo mismo sucederá cuando el Tesoro de los EE.UU. busque recuperar los dólares vendidos. La salida de los encajes por encima del 50% y el desarme de la súper tasa, a la vez, podrá dejar pesos sueltos que presionen sobre la cotización. Si el Gobierno intenta evitarlo, el costo será perder competitividad y mantener los desequilibrios de gastar más dólares que los que entran en la economía.

Consultado acerca de la posibilidad de que el Gobierno, envalentonado, evite acumular reservas, el director de Análisis Macroeconómico de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, dijo: “El riesgo está, obviamente. Pero me parece que tanto el FMI como el Tesoro de los EE.UU. le van a decir 'bueno, ahora devolveme los USD2.000 millones de dólares. Va a querer vender sus pesos. Entonces me parece que lo lógico es que que el Gobierno aproveche el triunfo para cambiar. Pero sí, el riesgo existe. Este tipo de cambio real no está claramente apreciado, está más neutro. Pero si el Tesoro o el BCRA tienen que acumular muchas reservas, ahí no alcanza”.

Coincidió el analista financiero Christian Buteler: “No va a tener que ser ya mismo, pero en el mediano plazo el BCRA va a tener que comprar reservas y Scott Bessent va a pedir los suyos. Eso generará demanda y no sé si el dólar ahí va a seguir debajo del techo de las bandas. Ese es uno de los grandes problemas potenciales, que se envalentone y que no cambie el esquema ni compre reservas. Hay que ver si usan esta tranquilidad de forma positiva, para hacer lo que hay hacer, o si hacen una como la de Cristina en 2011, con el 'ahora vamos por todo', eso si ocurre va a ser un gran error”.

El director de Epyca, Martín Kalos, remarcó en ese sentido que, más allá de la victoria, será relevante evitar lo que ocurrió en 2017, después del también amplio triunfo de Cambiemos en las elecciones de medio término: “El gobierno tiene que corregir los desequilibrios que se autogeneró en estos meses previos a las elecciones”. Entre esas correcciones necesarias, Kalos incluyó la necesidad de resolver “el tema del coeficiente de encaje bancario que no puede sostenerse en 53,5% y entonces sostener tasas de interés que son altas en términos reales”. Y advirtió: “Corregir eso implica sacar pesos al mercado, lo que entonces implica también cierta demanda de dólares que haría que el tipo de cambio esté más alto. Esto estaba vigente antes de las elecciones y sigue vigente después de estas elecciones”.

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