Comercio exterior

Casi sin liquidación agrícola, marzo tuvo el peor déficit comercial del gobierno de Alberto

El rojo comercial llegó a los USD 1.059 millones a pesar de la contracción de las exportaciones. Desde agosto de 2018 no se registraba un valor tan crítico

Marcia Dell´Oca

Pese a las restricciones para importar, la balanza comercial arrojó un déficit de 1.059 millones en marzo, informó este jueves el Indec. Se trata del peor resultado desde agosto de 2018. Producto de una caída en las exportaciones del 22,2% interanual conjugada con una baja del 4,2% en las importaciones, este resultado da cuenta del impacto de la sequía en el comercio exterior, así como también del efecto de la brecha cambiaria en los volúmenes exportados.

De esta forma, el trimestre cerró con un rojo de 1.290 millones de dólares, con exportaciones por 1.588 millones de dólares (17,9% menos que un año atrás) e importaciones por 17.178 millones (-4,4%). Con este dato, se consolida el diagnóstico de una economía con déficts gemelos y sin acceso al crédito, lo que se traduce en el escenario estanflacionario proyectado para 2023.

"Creo que este año vamos a tener una caída de las exportaciones muy fuerte, del orden del 20%, es decir, vamos a mantener la reducción en el ingreso de dólares comerciales que estamos viendo por la sequía, concentrada fuertemente en el primer semestre. La única manera de que no haya rojo comercial va a ser limitar las importaciones por lo que el Gobierno va a reprimirlas muy fuerte, de lo contrario es insostenible", dijo a BAE Negocios Marcelo Elizondo, especialista en comercio internacional.

De los 1.290 millones de rojo comercial acumulados, el Indec detalló que 807 millones de dólares (el 62,6%) pueden explicarse por el deterioro de los términos de intercambio respecto de los precios internacionales que regían en marzo de 2022. En efecto, mientras los precios de las importaciones aumentaron 2,3%, el precio internacional de los bienes y servicios que Argentina le vende al resto del mundo cayeron 2,8%. Así, los precios magnificaron el resultado deficitario que se habría generado por la caída del 15,6% interanual en las exportaciones del primer trimestre, caída parcialmente subsanada por la retracción del 6,5% interanual en las cantidades importadas.

Al hacer foco en marzo, se distinguen tres efectos nítidos. En primer lugar la sequía y el dólar soja 2 dejaron poco volumen exportable para la primera parte del año; la expectativa por un nuevo tipo de cambio diferencial también agravó la oferta: así, las exportaciones de materias primas retrocedieron 33,5% en la comparación con igual mes de 2022, y las manufacturas de origen agropecuario cayeron 29,4%.

 

El segundo efecto es el del atraso cambiario del dólar oficial que también hace caer las exportaciones de otros bienes. Desde enero de 2021 los términos de intercambio reales multilaterales vienen deteriorando la competitividad de las exportaciones. Desde noviembre del año pasado hubo una leve mejoría, pero la economía sigue apreciada casi 6% respecto del nivel de referencia que toma el Banco Central, diciembre de 2015. Así, las exportaciones de manufacturas industriales retrocedieron 5,3% y las de combustibles y energía, 6,6%.

Para la consultora ACM, la caída en las exportaciones “invita a pensar sobre el atraso relativo del tipo de cambio y cómo afecta la dinámica comercial del país. A pesar de la sequía que innegablemente ha afectado a las exportaciones de los productos primarios y derivados, el adelanto en exportaciones producido por los esquemas de dólar soja 1 y 2 (donde el tipo de cambo fue más competitivo) termina repercutiendo también en el resultado del sector. Este escenario ha llevado a un saldo comercial negativo en el primer trimestre del año (- US$ 1290 millones), suceso que no se observaba desde los años previos al 2018”.

El tercero, la caída del precio internacional de los combustibles. Esto sumado a las altas temperaturas se tradujo en una caída de las importaciones de combustibles y lubricantes del 45% interanual.

Asimismo, la evolución de las importaciones reflejó las prioridades del SIRA a la hora de asignar los dólares oficiales y su correlato en el nivel de actividad. El Gobierno priorizó el abastecimiento de insumos (bienes intermedios) y de piezas y accesorios para bienes de capital y ambos subieron un 10,6% interanual. En tanto, la importación de maquinaria (bienes de capital) cayó 16,6%, la de bienes terminados (bienes de consumo) se redujo 11,8% (a excepción de los automóviles que subieron 1,2%)  y el resto de las importaciones se derrumbó 28,6%.

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