Por tercer mes consecutivo, y luego de un primer trimestre del 2025 en el que la dinámica fue expansiva, el Gobierno aplicó la motosierra y el gasto público anotó una nueva caída interanual. En junio, la baja del gasto primario fue del 2% interanual, aunque el primer semestre terminó con un incremento acumulado del 2,8% interanual. Con todo, el Gobierno sobrecumplió la meta fiscal de mayo pautada con el FMI: llegó a uno del 0,8% del PBI. Pero un riesgo aparece en el horizonte y los mercados tiemblan: si se aprueba el proyecto para devolverle a los jubilados lo perdido durante el 2024, con un incremento del 7,2%, eso tendrá en lo que resta del año un costo del 0,3% del PBI, lo que pondrá en riesgo la meta, que obliga a un superávit del 1,3% del PBI.

Vale recordar que el 2025 inició con subas del gasto primario, en parte porque las comparaciones eran contra un inicio del 2024 en el que un Gobierno recién llegado había prácticamente paralizado las erogaciones en partidas claves como la obra pública y los envíos a las provincias, mientras que la megadevaluación de diciembre del 2023 había licuado por completo las jubilaciones. Esa violenta contracción en términos reales que sufrieron las jubilaciones es la que busca reparar el proyecto de ley que, se espera, trate el Senado este jueves, tras la media sanción que ya votó Diputados.

Así, en enero de este año el gasto primario saltó un 20,7% interanual real, según el dato devengado, que no necesariamente es idéntico al del base caja que publica todos los meses la Secretaría de Hacienda y que sigue el FMI para evaluar el cumplimiento de las metas, pero que sí mantiene una tendencia similar. En el mismo mes del 2024, a un mes de la llegada del presidente Javier Milei, había caído nada menos que un 30,8% real, con las jubilaciones perdiendo un 32,8% real anual.

En febrero y en marzo de este año, el gasto siguió en alza, con subas del 10,2% y el 5% real, pero en abril inició las bajas, ya con el Gobierno redoblando esfuerzos para cumplirle la meta al FMI, que exigía un superávit de $6,1 billones entre enero y mayo. Logró finalmente uno de $6,9 billones, según Fundación Capital equivalente a un 0,8% del PBI. En abril el gasto público cayó así un 5% real, en mayo un 4,1% y ahora en junio otro 2% anual. Los números del gasto devengado y su variación fueron estimados por la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Aunque con el cambio de fórmula de 2024 el Gobierno otorgó un 12,5% extra como recomposición para las jubilaciones, los haberes no terminaron de recuperar lo perdido en aquella primera parte del 2024. Las jubilaciones con bono están en el trimestre abril-mayo-junio un 15,7% por debajo del trimestre septiembre-octubre-noviembre del 2023, justo antes de la llegada del Gobierno y la suba del dólar del 118%, tal como estimó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que también resaltó que las jubilaciones explicaron el 19,2% del ajuste fiscal del 2024.

El propio CEPA, dirigido por la diputada Julia Strada, estimó en 1,2% anual del PBI el costo fiscal de ajustar un 7,2% los haberes, actualizar el bono en $110.000 y reactivar la moratoria. Con el año ya en su segunda mitad, desde Analytica calcularon el impacto fiscal en lo que resta del 2025: “El 3 de julio se dio dictamen al proyecto de ley que establece un incremento del 7,2% en los haberes como recomposición por la pérdida por inflación durante el primer trimestre de 2024. Otro artículo establece un aumento en el bono de $70.000 a $110.000 (57,1%), y su ajuste posterior aplicando la fórmula de movilidad. También incluye una prórroga en la moratoria previsional. Hay 195.208 personas próximas a cumplir la edad de jubilación que cuentan con menos de 20 años de aportes. De aprobarse la ley estimamos que el costo fiscal extra entre agosto y diciembre estaría en $2,7 billones, lo que representa un 0,31% del PBI”.