Crece la deuda del BCRA: el stock de pasivos remunerados superó los $20 billones
A la actual tasa de interés, las Leliqs y los demás pasivos remunerados demoran 2 meses en generar otra base monetaria en concepto de intereses
El Banco Central superó los $20 billones de pasivos remunerados este lunes entre Leliqs y pases pasivos. De esta forma, los intereses que la autoridad monetaria les paga a los bancos por estos instrumentos tardan cerca de 2 meses en ascender al equivalente a una base monetaria. Solo en agosto el BCRA emitió $1,630 billones por este concepto y, a causa de la suba de la tasa de interés de referencia, se espera que en septiembre, sean incluso más.
Los últimos datos disponibles muestran que al 12 de septiembre la deuda cuasifiscal del BCRA con los bancos por su política monetaria de esterilización sumaba $5.683.427 millones de pases pasivos y $14.480.101 millones por las Letras y Notas de Liquidez (Leliq y Notaliq), esto es un total de $20,164 billones. Es decir, 165% más que un año atrás, lo que, corregido por inflación supone un crecimiento real de la deuda a un ritmo del 18,2% interanual.
De hecho, la agencia bursátil Delphos Investment estimó a fines de agosto que la velocidad a la que el BCRA terminaba emitiendo una nueva base monetaria había caído a 55 días y, aunque la reciente expansión de la base monetaria tras el put bancario haya extendido ese plazo a 65 días, se trata de una velocidad vertiginosamente mayor a los 6 meses que tardaba a comienzos de año. Sin más, para generar un volumen de intereses equivalente a los $6,620 billones de la actual base monetaria, el BCRA tardó más de 180 días.
El ritmo de emisión genera preocupación porque el stock de deuda acumulada ya supera, a tipo de cambio oficial, a la deuda con el FMI. Son USD57.610 millones, más que el doble de las reservas internacionales brutas. Y en un mes serán USD5.650 millones más si Miguel Pesce decide en la reunión de Directorio de este jueves sostener la actual tasa de interés de referencia de 118% nominal anual. En caso de subirla para cumplir con el requerimiento del FMI de mantener la tasa de interés por encima de la inflación (que las consultoras estiman superior al 12,4% de agosto), la velocidad de emisión sería incluso superior.
"El problema de las Leliqs se puede resolver por las buenas o por las malas, que sería una licuación y sería ideal evitarla. Para reestructurar la bola de Leliqs por las buenas hace falta un programa macroeconómico consistente en lo fiscal que genere incentivos a que el BCRA acumule reservas y, sobre todo, que genere una recuperación de la demanda de dinero. Estas son las tres condiciones necesarias básicas para resolver el overhang monetario representado en los pasivos remunerados del BCRA. Hoy el problema de las Leliq es que constituyen un factor de emisión monetaria endógena asociado al pago de los intereses a los bancos, lo que termina retroalimentando la inercia inflacionaria, reflejando el deterioro de la hoja de balance del BCRA, lo que impide salir del cepo 'el día uno' de un nuevo gobierno sin antes resolver estas cuestiones", detalló el economista Federico Furiase, director de la consultora Anker.
Por eso, las tres fuerzas políticas con chances electorales en octubre adelantaron que la salida del cepo y la unificación cambiaria requerirán de un reordenamiento macro previo. Así, Juntos por el Cambio dejó de lado la salida inmediata del cepo propuesta originalmente, a la que Sergio Massa acusaba de ser un ‘plan Bonex’; y, desde La Libertad Avanza, piden que el BCRA proceda a bajar la tasa para desacelerar la emisión monetaria, a riesgo de que se recaliente aún más la inflación.
“Si bien el stock de deuda del BCRA, esto es, pasivos remunerados y base monetaria, es similar en términos del PBI al de 2015, lo que es diferente es su composición, ya que hoy -por la caída real de la demanda de pesos- hay muchas más Leliqs y pases que base monetaria. Eso hace que la comparación no sea equitativa. Hoy la situación del BCRA en términos de reservas netas, de inercia inflacionaria y de stocks de pasivos hace que sea más compleja la salida del cepo frente a la de 2015, tal y como lo evidencia la brecha cambiaria más alta", agregó Furiase.