El Gobierno suspendió el aumento al impuesto de combustibles antes de las elecciones 2025

En la previa electoral, el Gobierno confirmó a través del Boletín Oficial que el aumento a combustibles seguirá pendiente. Para 2026 se prevé que la carga impositiva del sector aumente siete veces más que la inflación, según el proyecto de ley de Presupuesto

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El Gobierno decidió suspender toda clase de ajuste en los impuestos a los Combustibles para octubre y extendió la vigencia de los valores de septiembre para este mes, en la última medida para la actividad antes de las elecciones legislativas del domingo 26.

La suspensión del incremento se tomó “con el propósito de continuar estimulando el crecimiento de la economía a través de un sendero fiscal sostenible”, de acuerdo con lo señalado en el decreto 699/2025, publicado hoy en el Boletín Oficial, que extiende la validez del decreto 617 del 28 de agosto hasta el 31 de octubre.

En tanto, no se resuelva una modificación o eliminación de los impuestos a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono, la medida implica una mayor acumulación de aumentos pendientes, ya que las alícuotas de ambos tributos no son porcentajes sino sumas fijas ajustadas por inflación.

 

Los aumentos que se vienen en 2026

 

En ese sentido, una hipotética aplicación de todos los ajustes postergados de una sola vez representaría un aumento en los precios de las naftas y el gasoil de más del 15%, según estimaciones de analistas del mercado.

Asimismo, el proyecto de ley de Presupuesto 2026 estima que la recaudación de esos dos impuestos tendrá un aumento nominal del 71% en todo el año, siete veces más que la inflación del 10,1% proyectada en la iniciativa presentada por el presidente Javier Milei el 15 de septiembre.

Esa estimación no guarda relación con una proyección de crecimiento del PBI del 5%, por lo que cabe inferir que el Gobierno prevé actualizar todos o gran parte del los cargos pendientes acumulados en los últimos meses.

 

Los  dos impuestos son una de las cuatro variables que se tienen en cuenta para la fijación de los precios de venta de los combustibles, junto a la variación mensual de la paridad cambiaria, la cotización del barril de Brent y los precios mínimos de adquisición autorizados para el biodiésel y el bioetanol.

 

La inflación

 

La razón de esta nueva postergación del aumento impositivo vuelve a ser la de evitar un impacto inflacionario desmedido, en medio de la política oficial de avanzar en una mayor desaceleración de los índices de precios al consumidor.

Ese interés se refuerza en tiempos de campaña electoral, al punto que, a diferencia de meses anteriores, no se optó por conceder un ajuste menor al que hubiere correspondido sino lisa y llanamente a su postergación.

Desde mediados de 2020 comenzaron a diferirse los aumentos de los dos gravámenes, en una decisión del entonces presidente Alberto Fernández extendió hasta el final de su mandato.

 

El cambio de Milei

 

El presidente Javier Milei diseñó desde el inicio de su gestión un esquema para ir reduciendo la carga impositiva pendiente y, además, aplicar los aumentos en base a una inflación creciente.

Eses esquema se practicó hasta mediados de 2024, pero a partir del segundo semestre Milei repitió la práctica de su antecesor y fue aplicando tanto postergaciones como ajustes parciales.

En la actualidad, este proceso de rezagos en la aplicación de los aumentos muestra una acumulación de 19 meses y entre enero de 2024 y agosto de 2025 la inflación acumulada fue del 191%.

 

Un arma de doble filo

 

La postergación de la actualización de los cargos impositivos representa un arma de doble filo para una política que apunta tanto a desacelerar la inflación como a asegurar el equilibrio fiscal.

Al no aplicarse los ajustes correspondientes, tampoco hay un incremento en los precios de venta de las naftas y el gasoil que, por el impacto que tienen estos insumos en el transporte de mercaderías, no afecta al resto de los bienes y servicios.

Pero al mismo tiempo, el fisco resigna una porción importante de recaudación, que en todo 2025 podría representar un desfase cercano a los USD 2.000 millones.

 

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