El regreso de Trump: ¿Una tormenta perfecta para la economía argentina?

Mientras el gobierno argentino busca un nuevo acuerdo con el FMI, la llegada de Trump genera expectativas sobre el apoyo estadounidense. ¿Se traducirá en un salvavidas financiero?

BAE Negocios

El retorno de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos promete marcar un antes y un después en las proyecciones económicas, tanto a nivel local como global. La agenda proteccionista que caracteriza su gestión ya genera inquietud en varios países, y Argentina no queda exenta de esta situación.

Las expectativas que se dibujan para 2025 parecen alejarse de la bonanza del año anterior, donde los precios tanto en pesos como en dólares parecieron brindar un respiro. Los analistas vaticinan un clima de inestabilidad y volatilidad, dependiendo de las novedades macroeconómicas internas y el contexto internacional. El regreso de Trump a la Casa Blanca no solo representa un evento central para los mercados, sino un giro radical en las proyecciones que hasta ahora parecían estables.

En medio de la búsqueda de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), las expectativas argentinas sobre el apoyo estadounidense cobran relevancia. La pregunta que se plantean muchos es si Trump, conocido por su estilo impredecible y su enfoque proteccionista, se convertirá en un aliado en este delicado proceso, algo que en principio parece confirmado por la relación con el presidente Javier Milei, una de las figuras destacadas en el Capitolio durante la asunción de Trump.

Desde el gobierno argentino, se respira la necesidad de asegurar un respaldo financiero. Las negociaciones con el FMI se tornan un punto neurálgico en este contexto, donde la urgencia de un nuevo préstamo se entrelaza con la expectativa de que la administración de Trump pueda influir positivamente en el organismo multilateral.

Los mercados ya descontaron lo malo de Trump: la continuidad del déficit fiscal, las mayores tarifas arancelarias, y un sinfín de restricciones que complican el negocio internacional”, comentó Jorge Ángel Harker, analista de mercados internacionales de Adcap Grupo Financiero. A pesar de esta sombría previsión, Harker no cierra la puerta a las oportunidades, aunque no sin un tono de ironía que sugiere que estas son más bien escasas.

Por otra parte, sugirió que “una cartera moderada debería incluir bonos del Tesoro de los Estados Unidos”. Con Trump intentando situar a su país en el centro del mapa mundial, resulta irónico que no tenga mucho interés en mantener un dólar fuerte, lo que tradicionalmente trae consigo cierta estabilidad. En este contexto, recomendó considerar bonos a cinco o siete años, destacando la importancia de estos instrumentos en un escenario donde el 30% del capital podría ir destinado a ellos.

Sin embargo, el panorama no es del todo optimista. Según un informe del Grupo Invertir en Bolsa (IEB), el índice S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires sufrió una caída del 10% la semana pasada. Este descenso se atribuyó a una correlación directa con el aumento en las tasas de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, que añadió presión sobre los retornos de las acciones. Con un crecimiento de ganancias que empieza a moderarse, el futuro inmediato pinta un cuadro de desafíos constantes para los inversores.

Así, el regreso de Trump no solo sacudirá los cimientos del comercio internacional, sino que también promete desatar una serie de reacciones en cadena que repercutirán en las economías más vulnerables, como la argentina. En este nuevo ciclo, el escenario de incertidumbre y ajustes se torna el único horizonte visible para quienes navegan en las aguas turbulentas de la economía global.

Por otro lado, Trump siempre ha mostrado interés en mantener la influencia de Estados Unidos en América Latina, aunque su enfoque a menudo depende de los intereses políticos y económicos del momento. 

Algunos analistas consideran que una posición firme de Argentina en las negociaciones con el FMI, respaldada por un alineamiento estratégico con Estados Unidos, podría facilitar la obtención de recursos necesarios. Sin embargo, otros advierten que depender del capricho de un presidente como Trump podría resultar un juego arriesgado, donde las expectativas de un apoyo incondicional que ya fue adelantado por el presidente Javier Milei podrían chocar con la dura realidad de la política internacional.

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