La inflación de agosto en Argentina mostraría un leve avance frente a los niveles de julio (1,9%), pero sin una reacción inflacionaria desbordante, según estimaciones privadas recientes. Se proyecta que el índice de precios al consumidor se ubicaría entre 2,0% y 2,5%.

Consultoras como EcoGo estiman que la inflación general mensual podría alcanzar 2,1%, tomando en cuenta que los alimentos dentro del hogar suben unos 2,3% y los consumidos fuera del hogar cerca del 3,2%. Esto sitúa el aumento total del rubro alimentos en torno a 2,5%.

Variación semanal de precios según EcoGo 

LCG, por su parte, señala una acumulación del 3,1% en alimentos y bebidas en la primera quincena, que se traduce en una inflación mensual promedio estimada de 1,2% solo para ese rubro.

Equilibra proyecta una inflación del 1,8% para agosto, basándose en un seguimiento de precios en el Gran Buenos Aires que combina alimentos y otros componentes del IPC.

Asimismo, JP Morgan estima una inflación para agosto del 2,1%, impulsada por la suba del dólar observada a fines de julio, aunque anticipa una desaceleración desde septiembre.

En síntesis, el consenso entre fuentes privadas para agosto recae en un IPC cercano al 2% mensual, con variaciones según la metodología y enfoque de cada consultora.

Diversas consultoras coinciden en que el traslado del tipo de cambio (pass-through) fue acotado y heterogéneo. El impacto fue especialmente moderado en alimentos, mientras que se concentró en bienes importados o regulados.

Invecq destaca que, entre marzo y julio, aunque el dólar mayorista creció más del 18%, la inflación acumulada fue solo del 5,9%, implicando un pass-through del 29-32%, muy por debajo de episodios anteriores.

Paralelamente, el Gobierno sostiene que no hubo convalidación monetaria, es decir, no se imprimieron pesos para financiar esos aumentos, y que otros factores como la demanda débil y apertura comercial ayudaron a contener el traslado a precios.