En mayo, la recaudación tributaria mostró su primer crecimiento en lo que va del año: trepó alrededor de 11% interanual, si se toma como válida la proyección de en torno a 5% de inflación para el mes, tal como publicaron las consultoras. Esta vez Ganancias dejó de restar y fue una explicación clave del número positivo: por el impacto de la devaluación en los beneficios empresarios, creció 621,9% interanual. El impuesto PAIS, también, volvió a ser una explicación fundamental, con una suba de 1.239,3%.

El IVA impositivo, en cambio, mostró una nueva caída real. Aunque trepó un 220,7% nominal, en comparación con el supuesto de inflación de 279,4%, que se deriva de la proyección de un 5% en mayo, registró una contracción real de 15,5%. El IVA impositivo funciona como un buen indicador de los niveles de consumo del mes previo, es decir de abril, y de la capacidad de pago de las empresas en mayo.

A ese número lo acompañó el mal desempeño del impuesto al cheque, que mostró una suba nominal de 187%, aunque una fuerte baja real del 24,3%. Y al panorama de la recesión económica lo terminó de graficar el flojo rendimiento de la seguridad social. Los aportes personales subieron 231% nominal, es decir que cayeron 12,7% real. Las contribuciones patronales treparon 240,9% nominal y bajaron por ende un 10,1% real. Ambas variables se mueven de acuerdo con la variación del empleo y el salario, que vienen marcando una fuerte baja.