La suba de aranceles debilitó aún más al crawling del 1% mensual
Ya en la recta final del plazo señalado para alcanzar un acuerdo con el FMI, no hay certezas sobre el desembolso y el esquema cambiario. La previsión de una recesión global impactó a una economía local que ya venía golpeada por la incertidumbre frente a la baja de reservas que generó el atraso cambiario
El Gobierno entra en la recta final del plazo que se puso para alcanzar un acuerdo con el FMI y todavía no hay decisión en el Directorio acerca del monto del primer desembolso, tal como adelantó la agencia Bloomberg. El presidente Javier Milei buscó dar una señal con una nueva foto con Donald Trump en EE.UU. pero no la consiguió. Para el Fondo es clave que se modifique el esquema cambiario, justo en épocas en las que el crawling peg electoral del 1%, eje de los éxitos en materia desinflacionaria y de reactivación del PBI, se vuelve un problema mayor, dado que el proteccionismo de EE.UU. afectó a la competitividad global y se esperan medidas del resto del mundo, vía devaluaciones o suba de aranceles, tal como ya anunció China. Esa amenaza disparó al riesgo país, que ya superó los 900 puntos, derrumbó al Merval y consolidó al BCRA como vendedor de reservas.
El escenario ya venía algo dramático en la previa, por la pérdida de reservas, y el cimbronazo a nivel global por la suba de aranceles de EE.UU. que, al funcionar como una devaluación, promete subas de precios y recesión en ese país, a lo que se sumará algún efecto similar en los países que tomen medidas defensivas, globalizando la estanflación, afectando al precio de los commodities y por ende de las exportaciones futuras y sobre todo exacerbando incertidumbres. Argentina ya está, según la consultora Vectorial, con reservas líquidas por solo USD6.800 millones y netas por un negativo superior a los USD10.000 M.
A eso se le sumó el pánico global por una potencial estanflación, una vez que los países busquen maniobrar para recuperar la competitividad perdida. A nivel local fue muy fuerte: el riesgo país saltó un 16,1% en solo una semana y llegó a los 925 puntos. El ministro de Economía, Luis Caputo, había afirmado a fines del 2024 que la estrategia apuntaba a acceder a los mercados de deuda para poder realizar los pagos de julio (el Gobierno ya tiene separado el dinero para la mitad de esas obligaciones). Eso quedó lejos, a inicios del segundo trimestre. Se estima que debería quedar por debajo de los 400 puntos de riesgo país para obtener una tasa razonable para nueva deuda.
Además las reservas brutas siguieron en caída, con el BCRA firme como vendedor de dólares: bajaron otros USD656 millones en la semana y quedaron en USD25.119 M, redondeando una sorprendente baja de USD6.405 M en lo que va del año, por, justamente, el atraso cambiario propiciado por el crawling del 1% mensual, fenómeno que, si los países empiezan a devaluar para recuperar competitividad, se acrecenterá. El Gobierno necesita imperiosamente compensar esa pérdida con un préstamos del FMI, aunque eso dará tiempo, más que solucionar el problema, si el atraso cambiario sigue materializándose. El propio Ejecutivo se planteó mediados de abril como meta para el acuerdo.
Desde LCG señalaron: "Cuando un país grande impone aranceles, el resultado general es que el resto de las monedas debería depreciarse frente al dólar para compensar la modificación de los precios relativos que el arancel impuso. Y nosotros, hasta nuevo aviso (o hasta nuevo acuerdo con el Fondo) seguimos atados al dólar con el crawl. En un contexto que muestra dificultades para acumular divisas (y con reservas exiguas), este panorama introduce dificultades adicionales no sólo por la baja de la soja y el petróleo sino también para calibrar una estrategia cambiaria saludable. En un contexto que se requiere flexibilidad, estamos encorsetados con la premisa de que no tienen que haber movimientos cambiarios hasta las elecciones".