Pese a los aumentos, las tarifas siguen rezagadas respecto a los niveles previos a los subsidios
El promedio de tarifas en el AMBA aún se encuentra por debajo de los niveles de 2001, antes del inicio de la aplicación generalizada de subsidios, pero la evolución no fue similar en todos los servicios ni por la segmentación por ingresos
Las tarifas de servicios públicos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) mostraron en lo que va del siglo XXI una evolución desigual y, a pesar de los incrementos aplicados en 2024, aún se encuentran rezagados en términos reales en relación con los niveles de 2001, previo a la implementación de subsidios al transporte, la energía eléctrica, el gas y el agua corriente.
Un análisis del Centro de Estudios en Finanzas Públicas (Cefip) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) dejó en evidencia las oscilaciones de los niveles tarifarios a lo largo de los últimos veintitrés años, además de las diferencias según el tipo de servicio y el nivel de ingresos de los usuarios.
En el trabajo elaborado por Alberto Porto, Thomas García y Octavio Bertín, se indicó que el nivel general de precios de los servicios públicos del AMBA en el trimestre octubre-diciembre 2024 registró un aumento del 3,8% respecto del trimestre anterior y del 59,9% con respecto al mismo trimestre de 2023.
Pero un análisis de más largo plazo mostraría el rezago en relación con los niveles previos a los subsidios generalizados iniciados en 2002, ya que pese a los aumentos aplicados en 2024, el nivel promedio de tarifas está un 32,8% por debajo del que regía en 2001 y en valores reales comparables con los de 2004.
“La mayoría de los servicios públicos vio crecer sus tarifas en términos reales, pero fue en el transporte urbano de pasajeros (subterráneo, trenes y colectivos) donde se vieron los mayores aumentos”, señalaron los economistas.
Los diferentes criterios utilizados por las sucesivas administraciones para actualizar los valores tarifarios llevaron a contar con comparaciones diversas, según el período que se elija.
Así, si se compara el nivel general de precios y tarifas de los servicios públicos del AMBA de diciembre del año pasado con el promedio de 2023, se comprueba un aumento real del 32,6%, pero si el contraste es con diciembre de 2015, cuando finaliza el largo período de congelamiento tarifario, el incremento llega al 134,3%.
Cuatro períodos
Porto, García y Bertín clasificaron los 23 años entre 2001 y 2024 en cuatro períodos diferenciados, con niveles de tarifas que tuvieron oscilaciones según el criterio oficial de cada etapa, con sucesiones de congelamientos y aumentos suoeriores a la inflación.
“Desde el 2001 a 2015 el índice general de precios y tarifas presentó una tendencia decreciente, disminuyendo un 71,9% punta a punta”, señalaron, para agregar que “desde 2015 a 2019 el índice aumentó un 128,8%”.
Entre 2019 y 2022 -cuando comenzó la segmentación según niveles de ingresos de los usuarios- el indicador volvió a caer, en este caso un 45,2% en términos reales, mientras que desde entonces hasta la actualidad, el índice aumentó un 90,5%.
Por ingresos
La clasificación por nivel de ingresos arrojó marcadas diferencias, con alzas del 179,1% para los hogares de ingresos bajos, 138,5% para los medios y 108,7% para los altos, lo que dejaría en evidencia una distribución regresiva en desmedro de los sectores socialmente más vulnerables.
Sin embargo, los investigadores destacaron que “los hogares de ingresos bajos que contaron con tarifas sociales de los servicios públicos (transporte urbano, gas, electricidad y agua) sufrieron tan solo un aumento del 3,6%”.
En ese sentido, plantearon que “si bien los hogares de menores ingresos se vieron relativamente más perjudicados, esto no fue constante dentro del período”, ya que “entre abril de 2019 y diciembre de 2024 el índice cayó un 40,2%, pero la disminución fue levemente más grande para los hogares de ingresos bajos (42,8%), sobre todo los que contaron con la tarifa social (66,4%)”.
“No obstante, nuevamente fueron estos hogares los que sufrieron con relativa mayor intensidad el aumento del índice del último año, el cual creció en un 92,5% para los primeros 4 deciles y en un 82,3% para el promedio general”.
Consecuencias de la segmentación
El Cefip puntualizó que la segmentación impuesta en junio de 2022 “marcó un punto de inflexión en la evolución de los precios de estos servicios y el inicio de un nuevo ciclo tarifario”.
Dentro de esta cuarta etapa, los investigadores distinguieron tres sub-períodos:
. Entre septiembre de 2022 y mayo de 2023 hubo aumentos constantes para los usuarios de ingresos altos (N1), caída para los de ingresos bajos (N2) y una “evolución oscilante” para los medios (N3).
. Entre mayo de 2023 y enero de 2024 (marzo en el caso del gas) hubo una “reversión total de los aumentos que habían sufrido los niveles 1 y 3”, manteniéndose la tendencia a disminuir en el N2.
. Desde entonces, “las tarifas de gas y electricidad han aumentado de forma constante para los 3 segmentos, aunque con mayor intensidad para el nivel de ingresos más altos”, indicó.