Por deterioro de la distribución del ingreso, prevén aumento de la pobreza arriba del 40%
Antes de la devaluación, los indicadores de equidad oficiales ya sugerían una suba que el salto devaluatorio habría agravado. En el segundo trimestre creció entre los más pobres la dependencia de la asistencia social
El Indec dio a conocer este martes los indicadores de distribución del ingreso correspondientes al segundo trimestre y reveló que entre abril y junio la economía fue más inequitativa que en igual período de 2022, tal como lo mostró el Gini. Por otro lado, incluso cuando entre el 10% más pobres creció la participación de la asistencia social sobre la de los salarios, la brecha de ingresos con el 10% más rico se mantuvo. Por esto, especialistas estimaron que la pobreza en la primera mitad del año se pudo haber elevado por encima del 40%, dato que se conocerá el miércoles próximo.
Cabe destacar que en este Informe de la Distribución del Ingreso, el Indec sumó un nuevo indicador, similar al que se usa en Europa y otras economías avanzadas para cuantificar la pobreza relativa. Eso, a diferencia del caso argentino y las economías en vías de desarrollo, que lo hacen contrastando los ingresos de la población contra las Líneas de Pobreza e Indigencia, es decir, contra las Canastas Básicas Total y Alimentaria. Este indicador,de pobreza relativa, mira cuál fue el ingreso monetario que dividió trimestre a trimestre la mitad de la población que más gana de la que menos gana. Luego, lo divide por la mitad y obtiene un umbral monetario móvil: $32.750 para abril-junio de 2023.
De acuerdo a este criterio, el 19,1% de la población no alcanzó ese umbral, esto es 1 punto porcentual más que en el primer trimestre y medio punto más que un año atrás. “Respecto al último trimestre sin aguinaldo (cuarto trimestre de 2022) aumentó dos puntos”, aclaró el Indec. Así y todo, el indicador del “50% de la mediana” quedó por debajo de los niveles de 2019.
El Indec además informó la valoración de los indicadores tradicionales, que también dieron cuenta de un ligero aumento en la inequidad: el coeficiente de Gini, luego del fuerte salto del primer trimestre, mejoró al bajar a 0,417, pero quedó 3 centésimas por encima en la comparación interanual. En otras palabras, la distribución del ingreso empeoró, incluso si se mantiene distante de la franja que mostraba en 2019 y 2020 cuando era incluso más desigual la distribución de los ingresos. Por su parte, se mantuvo estable la brecha de ingresos entre el 10% más rico de la población y el primer decil: los más ricos se apropiaron en promedio de un ingreso 16 veces mayor que los más pobres, al igual que en el segundo trimestre del año pasado.
El Indec recabó que la mitad de la población asalariada sumó ingresos por hasta $120.000 mensuales en el trimestre. “El peso de los ingresos no laborales fue mayor para los deciles de ingreso total familiar más bajos: 64,8% en el decil 1 y 15,1% en el 10”, aclaró el Indec. Este dato mostró un crecimiento del alcance de la asistencia social entre los más pobres, ya que en el trimestre anterior entre el 10% más pobre la participación de los ingresos no laborales había sido del 57,6%.
A partir de estos datos, el economista del Cedlas de laUniversidad de La Plata (UNLP) Leopoldo Tornarolli, especialista el tema, proyectó que, la incidencia de la pobreza en el primer semestre fue del 40,3%. “Casi seguro por encima de 40% pero por debajo de 41%”, dijo. “El efecto en pobreza de devaluación y nueva aceleración de inflación recién lo conoceremos en diciembre”, agregó.
En este sentido, desde la UTDT, Martín González-Rozada, que estima mes a mes la evolución del indicador semestral de incidencia de la pobreza a partir de la inflación, calculó 41,5% para enero-junio con una tendencia alcista. Para el semestre marzo-agosto, y ya contemplando los primeros efectos de la devaluación, la ubicó en 43,2%, es decir, 9 décimas por encima del peor dato de la pandemia.
Decimas más o menos, así evolucionó la pobreza en el primer semestre. Casi seguro por encima de 40% pero por debajo de 41%. Mi estimación (conservadora) sería 40.3%.
El efecto en pobreza de devaluación y nueva aceleración de inflación recién lo conoceremos en diciembre. pic.twitter.com/DRMXBEZ8bI
Una vez más, los datos mostraron una diferencia significativa entre los ingresos que varones y mujeres consiguen en el mercado laboral. En el segundo trimestre de este año esa diferencia se amplió al 26,6% cuando en el trimestre previo era del 24,2% y a fines de 2022 las mujeres ganaban 22,9% menos. Así y todo se trata de una brecha más reducida que el 27,7% de abril-junio de 2022.
Y aunque el Indec no da precisiones acerca de las causas de la diferencia entre el ingreso promedio de los varones ($160.244) y el de las mujeres ($117.645) por su principal ocupación, entre ellas se destacan la menor cantidad de horas trabajadas en el mes fundada en muchos casos en la distribución desigual de las tareas de cuidado y del hogar, la menor participación de mujeres en cargos jerárquicos y también la menor cantidad de mujeres propietarias de activos como empresas o propiedades que les generen rentas no laborales.
Esto en su conjunto se ve representado en la sobrerrepresentación de las mujeres en los deciles de más bajos ingresos: dentro del 20% más pobre de la población en promedio el 64% fueron mujeres en el segundo trimestre de 2022, guarismo que desciende gradualmente hasta el 35% en el decil de más altos ingresos. Su correlato está en la complementariedad de los ingresos no laborales que son más altos para las mujeres en todos los deciles producto de la asistencia social, las cuotas alimentarias para los hijos y, en un segmento de la población, las rentas de la propiedad. Así, entre las mujeres del 10% más pobre, los ingresos no laborales representaron el 55,8% de todos sus ingresos, cifra que fue en aumento hasta el 67% del cuarto decil. A partir de allí, ese flujo de ingresos cae hasta el 17,5% para las mujeres del noveno decil y vuelve a ampliarse al 18,7% para las mujeres del 10% más rico del país.