Rappallini pidió eliminar las "distorsiones que asfixian la capacidad de competir"
Reclamo del nuevo titular de la Unión Industrial Argentina
Martín Rappallini asumió la presidencia de la Unión Industrial Argentina (UIA) durante un Consejo General Ordinario y trazó una hoja de ruta para reposicionar a la industria nacional frente a un escenario global cambiante. Frente a industriales de todo el país, el nuevo titular de la central fabril destacó que la producción vuelve a ocupar un rol estratégico, económico y geopolítico a nivel mundial.
"El capital de un país está en los saberes, las estructuras empresariales, la integración tecnológica y la capacidad de adaptación", afirmó Rappallini, quien advirtió que "cuando se pierde la producción, se pierde el negocio". Reivindicó el proceso industrial como el espacio donde se genera valor, se crea empleo, se aplica tecnología y se impulsa la mejora continua.
Para enfrentar los desafíos actuales, propuso avanzar hacia un "nuevo contrato productivo" que combine orden macroeconómico con una estrategia de desarrollo. Ese contrato ùsostuvoù debe abandonar la lógica pendular entre el proteccionismo extremo y la apertura sin reglas, y reconocer a la industria como pilar del empleo, la generación de divisas y el desarrollo territorial.
Un país competitivo para producirEl nuevo presidente de la UIA remarcó que la única vía hacia una industria sustentable es mejorar la competitividad estructural del país. En ese sentido, planteó la necesidad de reducir costos logísticos, aplicar tecnología, capacitar trabajadores, acceder al financiamiento y modernizar la legislación laboral.
"No estamos inventando nada, tomamos nota de lo que funciona en países exitosos", explicó Rappallini, citando ejemplos como Estados Unidos, Paraguay y Uruguay, que han promovido esquemas productivos competitivos a nivel global. También subrayó que los sectores transables ùcomo la industriaù necesitan condiciones específicas para competir en igualdad con las importaciones.
Rappallini fue crítico con las condiciones que arrastra el entramado industrial. Enumeró una serie de distorsiones que "asfixian la competitividad": presión fiscal elevada, inflación crónica, falta de crédito, rigideces laborales, costos logísticos altos, inseguridad jurídica, la industria del juicio y regulaciones ineficientes.
Pese a ello, valoró la vocación industrial del país, que ùsegún dijoù logró adaptarse, innovar y mantener el empleo en contextos adversos. "La industria argentina compite globalmente y necesita tiempo y herramientas para crecer en este nuevo orden mundial", expresó.
Además, advirtió que fomentar el acceso del consumidor a mejores productos no debe depender exclusivamente de la importación, sino de otorgar competitividad al productor local para fabricar más y mejor, con costos adecuados.