Tesla ensaya en Austin, Texas, lo que podría ser un giro decisivo hacia su modelo de negocios futuro: mil robotaxis sin conductor circularán por la ciudad en los próximos meses, según confirmó el CEO Elon Musk. El experimento, que apunta a escalar rápidamente si el despliegue resulta exitoso, se inicia, sin embargo, con apenas diez unidades a partir de junio.

"Empezaremos probablemente con 10 durante una semana, luego aumentaremos a 20, 30, 40. Probablemente lleguemos a 1.000 en unos pocos meses", explicó Musk en una entrevista con CNBC. Aunque reconoció que la puntualidad no es su "fuerte", reiteró que el avance será veloz.

Estos vehículos, modelos Tesla Y adaptados con la nueva versión FSD (Full Self-Driving) sin supervisión humana, operarán sin conductores de seguridad. "No va a haber un humano dentro del auto", aseguró Musk. Sin embargo, el sistema contará con "muchos teleoperadores" que intervendrán de forma remota si el coche no puede resolver una situación. Aún no está claro cuánta autoridad tendrán estos operadores sobre los vehículos.

El despliegue estará limitado a zonas específicas de Austin, elegidas por su seguridad. "Vamos a geocercar", afirmó Musk. "No tomará una intersección si no estamos muy seguros de que puede manejarla. O simplemente tomará otra ruta". La decisión responde, en parte, a las críticas tras un test de Business Insider que mostró a un Tesla atravesando un semáforo en rojo en San Francisco. Musk dijo que esa prueba "no tenía sentido".

La geocercanía también responde al marco regulatorio estadounidense, que sigue fragmentado. "El proceso de aprobación es muy arbitrario, estado por estado, y a veces ciudad por ciudad", señaló Musk. Tesla aún no cuenta con la aprobación necesaria para lanzar sus robotaxis en California, donde ya operan los de Waymo, la subsidiaria de Alphabet.

Mientras Waymo reporta 250.000 viajes pagos semanales, Tesla todavía no puso en marcha un servicio comercial de estas características. La prueba en Austin será por invitación y en vías públicas, según reveló la empresa a un analista de Morgan Stanley. Musk considera que el éxito de esta etapa será clave para abandonar la producción de vehículos económicos y avanzar en la robotización.

“La única cosa que importa a largo plazo es la autonomía y Optimus”, dijo, en alusión al robot humanoide que también forma parte del proyecto.

En paralelo, Tesla reportó una caída del 20% en ingresos automotrices durante el primer trimestre de 2025. Musk ignoró que el desplome de las ventas pudiera estar relacionado con una crisis de su imagen, vinculada a Donald Trump, y explicó en cambio que la merma obedeció a la pausa en la producción por el reacondicionamiento de las plantas para fabricar el nuevo Model Y: “No podemos fabricar autos si las fábricas están siendo reequipadas”.

Pese al revuelo político por su rol como asesor de Trump y la creación del “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE), Musk afirmó: “Cuando comprás un producto, ¿cuánto te importa la ideología política del CEO?”, preguntó en CNBC.

Desde 2016, Musk prometió lanzar un auto autónomo plenamente funcional "en un año". Las demoras se acumularon, pero mantiene el rumbo. Según declaró en el Foro Económico de Doha, planea seguir al frente de Tesla al menos cinco años más: “No hay ninguna duda de eso”.

Por ahora, su apuesta tecnológica empieza por Austin. Lo demás depende de los semáforos, los algoritmos y el margen de error.