Ya en los 2000 el cofundador de Google Larry Page había adelantado que “la inteligencia artificial sería la versión definitiva de Google” e imaginó una herramienta capaz de comprender todo el contenido en línea y satisfacer con precisión cualquier consulta de un usuario. Por esos años, la predicción parecía lejana, pero hoy ya es una realidad: la inteligencia artificial (IA) llegó para quedarse y, en el ámbito laboral, más de la mitad de los profesionales argentinos utiliza la herramienta en sus trabajos, aunque su adopción en muchos casos se vive más como un “contrabando digital” que como una política empresarial. 

 

Un relevamiento regional de Google, cuyos resultados se compartieron durante la primera edición en Argentina del Google Executive Summit —un evento dedicado a la nube y la inteligencia artificial—, indicó que el 57% de los trabajadores argentinos utiliza la IA en sus tareas laborales, pero con cuentas personales. El dato muestra el entusiasmo creciente por el uso de la tecnología, pero una traba en la adopción formal dentro de las organizaciones. 

La brecha entre la iniciativa individual y el soporte corporativo es notable: solo uno de cada cuatro profesionales en Argentina cuenta con acceso o directrices claras sobre cómo utilizar IA en su empresa, y apenas el 23% de las organizaciones tiene políticas definidas para su aplicación.

En diálogo con BAE Negocios, Natalia Scaliter, gerente general de Google Cloud Argentina, explicó que el ritmo de adopción varía según el tamaño de la organización, pero el denominador común es la necesidad de capacitación.

El caso de las Pymes

Consultada por BAE Negocios sobre el uso de IA en Pymes argentinas frente a las grandes empresas, Scaliter sostuvo que “definitivamente todos están avanzando en proyectos de inteligencia artificial", pero marcó diferencias en los procesos de adaptación.

“Las pymes tienen la ventaja de ser más ágiles: como esta es una tecnología muy fácil de usar, porque simplemente hay que saber hacer un prompt, es mucho más rápido poder incorporar pequeños avances que tengan un gran impacto en los procesos productivos", comentó.

El uso de la IA en las Pymes se torna relevante por el “gran retorno a la inversión, la rapidez y la productividad que genera”. Sobre el último punto, destacó que en Argentina, especialmente en las empresas más chicas, esto resulta "una motivación fundamental para lograr eficiencia, bajar los costos y mejorar los resultados". 

En comparación, las grandes empresas presentan un ritmo más lento por cuestiones de gobierno corporativo, regulaciones o exigencias de seguridad. Frente a ese escenario, desde la compañía remarcan que Google Cloud tiene soluciones diseñadas para garantizar los más altos estándares de seguridad y privacidad, tanto en el resguardo de datos como en la gestión de modelos de IA.

"Lo que estamos viendo es mucho entusiasmo por hacerlo. Todos lo quieren hacer, pero con pie de plomo, porque tienen que entender los riesgos de seguridad, cómo van a gobernar y sobre todo: capacitación, capacitación, capacitación. Es lo más importante". 

 

La IA como requisito para trabajar: será igual de importante que un idioma

En materia de formación profesional, el estudio de Google muestra que la inteligencia artificial empieza a consolidarse como una habilidad esencial para el futuro laboral. En un horizonte de dos a cinco años, dominar el uso de asistentes de IA será tan importante como aprender otros idiomas y tres veces más valorado que realizar un posgrado. La herramienta se convierte así en un requisito indispensable para los trabajos del futuro y los empleados ya deben imaginar sus currículums transformados, con la IA como habilidad técnica. 

Aunque la mayoría aprende por cuenta propia —el 42% investiga en Internet y el 44% aprende en la práctica sin recurrir a cursos—, existe una demanda clara de mayor apoyo por parte de las empresas. Solo el 33% recibe capacitaciones institucionales y ahí se encuentra el desafío, y a la vez la oportunidad, para las corporaciones. 

“Los profesionales argentinos están reconociendo rápidamente el potencial de la IA y están tomando la iniciativa para integrarla en su día a día. Para las empresas, existe una clara oportunidad de transformar estas iniciativas aisladas en una estrategia institucional robusta, facilitando la capacitación y maximizando los beneficios de esta tecnología”, señaló Fred Almeida, product marketing manager de Google Workspace para América Latina.

En esa línea, durante la primera edición del Google Cloud Executive Summit en Argentina, la compañía anunció capacitaciones gratuitas en convenio con 50 universidades para que los estudiantes puedan adquirir la habilidad antes de lanzarse al mundo laboral. 

El programa Capacita+ se realizará el 6 de diciembre en formato híbrido, con experiencias presenciales y virtuales en 50 universidades de 10 países, entre ellos Argentina.

La iniciativa apunta a formar a más de 200.000 estudiantes y profesionales no técnicos en inteligencia artificial con Gemini, el modelo de IA de Google. Los participantes también aprenderán a usar herramientas como NotebookLM, Nano Banana (de creación de imagen) y Veo 3.0 (para generación de video), con el objetivo de impulsar su productividad y creatividad sin necesidad de conocimientos técnicos previos.

Por otra parte, los estudiantes universitarios podrán acceder a Gemini Pro de forma 100% gratuita.

 

Qué usos le dan las empresas a la IA

Las funciones más comunes en las que los argentinos aplican IA son el análisis de datos (43%), la investigación de temas (38%) y la revisión o traducción de textos y correos electrónicos (35%).

Entre los beneficios más valorados se destacan la mayor rapidez en las tareas (49%), la mejora en la calidad del trabajo (46%) y una mejor comprensión de los usos de la tecnología para obtener resultados más eficientes (39%).

La evidencia es clara: la IA está inmersa en las nuevas lógicas de trabajo en Argentina. Ahora, la gran incógnita ya no es si cambiará el futuro de los negocios, sino cuánto tiempo podrán las organizaciones ignorar esta realidad y cuáles son las estrategias y reglas que impondrán para su uso para evitar el “contrabando digital” con cuentas personales.