A quince minutos del mediodía en San Francisco, el multimillonario Elon Musk subió un video en broma, pero que tiene un significado implícito muy importante. El CEO de Tesla entró con una bacha a las oficinas de Twitter, a menos de dos días de la fecha límite para cerrar el acuerdo de compra por 44.000 millones de dólares. Aunque no dio más pistas, todo apunta a que ya comenzó la cuenta regresiva y el trato se está por hacer.

"Entering Twitter HQ - let that sink in!", escribió el magnate en su tuit, algo que se traduce como "Entrando a las oficinas de Twitter, ¡tomen nota!". ¿Por qué la bacha, entonces? Porque "sink" también se traduce a bacha, por lo que el escrito bromea con que "dejen pasar a la bacha" a las oficinas. De no ser por el enorme trasfondo de Musk y la red social, el posteo habría pasado como otra de las bromas del multimillonario. Sin embargo, esto va mucho más allá.

Hay tres factores que allanan el camino para que, después de meses de idas y vueltas, finalmente se cierre el acuerdo. El primero es que la descripción del perfil de Twitter de Musk es ahora "Chief Twit", es decir, "Twit Jefe". Eso es exactamente lo que sería el CEO de Tesla si se concreta el trato: el dueño —y, por tanto, jefe— de Twitter.

Por otra parte, el tuit llega —no casualmente— pocas horas antes de la fecha límite que puso la Justicia para que se concrete el trato, el 28 de octubre. Acá es donde se combina con el tercer factor: Elon Musk expresó su deseo de comprar Twitter. Aunque decidió echarse atrás en el acuerdo y hasta se enzarzó en una pelea feroz por la verdad sobre los bots en la plataforma, las pocas chances de ganar en el juicio lo hicieron cambiar de opinión.

En este sentido, Musk reconoció que estaba comprando Twitter por un precio mucho mayor al actual. Eso mismo dicen analistas y algunos de los inversores que retiraron su apoyo: las estimaciones hablan de un valor de mercado que ronda los 10.000 millones de dólares, mientras que la compra de Musk se cerraría por 44.000 millones. Las ganas de hacer de Twitter una "súper app" donde la libertad de expresión sea pura le ganaron al dinero.

 

Los miedos y los planes de Twitter 

Medios estadounidenses reportaron que se espera que Musk cierre el trato el viernes 28 de octubre, poniéndolo oficialmente a cargo de una de las redes sociales más destacadas del mundo. Según informes, el magnate informó a los banqueros de sus planes para cumplir con la fecha límite del 28 de octubre en una llamada el lunes.

Aunque Musk sigue creyendo que “obviamente pagó de más”, ya dio señales de que esta vez cumplirá con su palabra, al recurrir a una combinación de deuda y financiación de capital para llegar a la cifra prevista. Entre ellos están los bancos Morgan Stanley y Bank of America, y otros jugadores poco tradicionales como Binance.

¿Qué pasará cuando Musk quede al mando de Twitter? Puertas adentro de la empresa, las cosas no pintan bien. Es que el Washington Post había adelantado que entre los planes del multimillonario está despedir al 75% de los empleados de la plataforma para recuperar la salud financiera que actualmente no tiene, gracias a un ahorro de alrededor de 800 millones de dólares. 

Aunque las críticas no tardaron en llegar — la gravedad de dejar a 5.600 personas sin trabajo también significaría un impacto directo en las operaciones de la plataforma—, Musk no lo negó. Es más: respondió con un emoji de risa a un tuit que contaba cómo WhatsApp tenía 35 empleados para 450 millones de usuarios y aumentó a 50 para 900 millones de usuarios. "El recorte de Twitter a 2.000 empleados no es un 'staff esquelético'", aseguraba el posteo.

Por otra parte, Musk ya adelantó que planea que Twitter sea una "súper app", una idea que ronda la cabeza del magnate hace tiempo. Llamada "X", la idea plantea una aplicación similar a WeChat en China, donde los usuarios la usan como red social, e-commerce, transporte, compras, reservas, seguros y más.

Además, no habría límites a lo que se puede tuitear. En eso insistió hoy: "Una cosa hermosa de Twitter es cómo empodera el periodismo ciudadano: las personas pueden difundir noticias sin prejuicios establecidos", escribió. A Twitter volverían Donald Trump o Kanye West, por ejemplo, actualmente bloqueados por comportamientos extremistas. 

Esta vez, la compra parece inminente. La cuenta regresiva ya empezó.