En el mundo de las finanzas, Warren Buffett es una figura casi divina. A sus 94 años, el "Oráculo de Omaha" transformó Berkshire Hathaway de una modesta textilera en un conglomerado valuado en casi un billón de dólares. Pero incluso los dioses deben planificar su retiro. Y en este caso, el elegido para custodiar el legado es su hijo del medio, Howard Graham Buffett, conocido simplemente como Howie.

Howard, o Howie, como prefiere que lo llamen, no es precisamente un prodigio de Wall Street. Agricultor, ex sheriff, miembro de consejos corporativos y filántropo, tuvo una carrera variopinta, pero nunca dirigió un emporio de la magnitud de Berkshire. Sin embargo, su padre no oculta las razones de su elección: “Es mi hijo y confío en él”, ha dicho sin rodeos.

Su rol será mantener la cultura de la empresa y asegurarse de que el CEO haga lo propio. Greg Abel, el designado para dirigir Berkshire en el día a día, será quien llevará las riendas operativas.

Un gigante en la encrucijada

Buffett siempre fue un ferviente opositor a los dividendos y a la fragmentación de la compañía. Sin su figura, los accionistas podrían presionar para cambios estructurales que desafíen su legado. Berkshire, un raro sobreviviente entre los conglomerados estadounidenses, podría enfrentar el mismo destino que General Electric o DuPont, que se desmembraron ante las exigencias del mercado.

Además, sus hijos, incluyendo a Howie, serán responsables de dirigir su fortuna hacia fines filantrópicos. Con un patrimonio de 140.000 millones de dólares en acciones de Berkshire destinado a la caridad, la mayor transferencia de riqueza en la historia moderna se avecina. Sin embargo, no revelaron un plan concreto para su distribución.

De sheriff a centinela corporativo

Howie Buffett transitó caminos inusuales para un heredero del trono financiero. Administró su propia granja, se desempeñó como comisionado de condado y fue sheriff interino en Illinois. “Siempre hice cosas sin saber exactamente cómo hacerlas”, confesó con sinceridad.

Su trabajo en filantropía también es significativo. A través de su fundación, ha invertido millones en seguridad alimentaria, desarrollo agrícola en zonas de conflicto y asistencia a Ucrania tras la invasión rusa. Sin embargo, las finanzas de un conglomerado multinacional son un terreno completamente diferente.

Un futuro incierto

El plan sucesorio de Warren Buffett plantea dudas inevitables. ¿Podrá Howie, sin experiencia en gestión de grandes empresas, preservar la esencia de Berkshire? ¿Logrará Greg Abel mantener la estabilidad sin la presencia de su legendario mentor? Y lo más crucial: ¿Sobrevivirá la compañía a la tentación del mercado de dividirla en partes más rentables?

Los accionistas y el mundo financiero aguardan. El Dios de las finanzas se prepara para su despedida, y el destino de su creación está en juego.