Arrancan las vacaciones de invierno con muy buenas recaudaciones

El Rey León destronó en la taquilla a Toy Story

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En el fin de semana bisagra de las vacaciones de invierno (terminaron en muchos distritos y comienzan en los de mayor cantidad de público), la asistencia en salas volvió a ser excelente, por encima de 1,2 millones de entradas vendidas. Por primera vez desde su estreno, Toy Story 4 dejó el primer puesto de las recaudaciones en manos de otro producto de la factoría Disney, la versión hiperrealista (no, no es "imagen en vivo", es animación como la original pero sobre moldes fotográficos, para explicarlo de modo brevísimo) de El Rey León, que hizo más de 700.000 espectadores. Es cierto: en sus dos primeros fines de semana, la película de Pixar llevó más de un millón. Pero tuvo más pantallas, más pasadas por pantalla y Toy Story es una marca muchísimo más establecida. El número, de todos modos, es extraordinario y transformará a la fotocopia 3D del clásico de los noventa en el séptimo título de Disney en pasar el millón de espectadores (detrás están Avengers-Endgame, Capitana Marvel, Aladdin, Dumbo, Wifi Ralph y Toy Story 4). De paso, son las únicas películas, hasta ahora, que pasaron esa marca. Una prueba más de lo que significa la concentración de la oferta.

Todas las películas que pasaron el millón de espectadores son de Disney

En los escalones inferiores del top five siguen apareciendo películas para toda la familia: La vida secreta de tus mascotas 2, Spiderman-Lejos de casa (la primera "no Disney" que seguramente pase el millón) y Annabelle 3. La tercera mencionada puede que no sea "para chicos" de modo evidente, aunque está diseñada como un filme de terror para mayores de 13 (y sí, chicos de 10 años pueden verla). Nada raro a esta altura del año.

Sí es raro lo que pasa con las alternativas argentinas al entretenimiento familiar. Detrás de las cinco mencionadas, aparecen No soy tu mami y El cuento de las comadrejas. Pero la posición en la tabla es relativa: los números demuestran un salto demasiado grande entre los primeros puestos y el sexto y séptimo, de casi veinte a uno respecto del primer puesto. A esta altura del año, incluso con las vacaciones de invierno comenzando en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza (las plazas con más convocatoria), no parece que alguna película argentina vaya a superar el millón de espectadores (el último intento será La odisea de los giles, de estreno en agosto, dirigida por Sebastián Borensztein). Hemos hablado en muchas ocasiones de la causa, que es la destrucción de audiencias concentración de la oferta mediante durante más de veinte años, con mucho mayor énfasis de 2006 en adelante. Las consecuencias hoy son visibles: solo hay público para el entretenimiento familiar de alto presupuesto, especialmente animado, en períodos específicos de la temporada. No hay sistema que se sostenga demasiado con esas características. Implica la necesidad no solo de un cambio en la distribución (y la exhibición, que también se ve afectada en el mediano plazo) sino de políticas en todas las líneas del negocio cinematográfico. ¿Hay público para eso? Sí y no: hoy queda restringido a los que van a ver joyas como Dolor y Gloria o Esa mujer, pero a veces el boca a boca y la buena difusión lo amplifican. En esas ocasiones, filmes menos "masivos" tienen la posibilidad de ayudar a crear una audiencia. No es sencillo en tiempos de streaming, pero no hay solución alternativa.

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