Netflix anunció este lunes que la cuarta película más taquillera de la historia y la más recaudadora en lo que va de 2018, Avengers: Infinity War, podrá ser vista en su plataforma, globalmente, a partir de diciembre. Es una manera espectacular de la firma de SVOD de despedirse de su trato con Disney y de un catálogo que ya no podrá mostrar a partir de 2020. Detrás de esta decisión hay una estrategia de posicionamiento muy importante para aprovechar estos títulos en vistas al lanzamiento -también global- en 2019 de Disney+, el servicio de SVOD de la firma del ratón Mickey.

El acuerdo de Disney con Netflix, dado de baja el año pasado por Disney, implicaba que la firma de on demand tenía la exclusividad para el estreno en digital de las películas de largometraje del estudio. Es decir, antes de que se pudiera ver en canales premium -y siguieran el camino a otras ventanas- la primera emisión era Netflix. Esto termina definitivamente en 2019, mientras que en 2020 se cierra la posibilidad de mostrar material de Disney. Por lo tanto, Infinity Wars podría ser el último gran lanzamiento del contrato que culmina.

No será tan fácil para Disney lanzar el SVOD sin el negocio de licenciar contenidos a terceros

Lo que implica, también, un potencial gran atractor de suscripciones. De todos modos, aunque parezca que Disney+ será un golpe duro para Netflix, la perspectiva indica otra cosa. Netflix está invirtiendo tanto -o más- que una major en contenido original. De hecho, está entrando al mercado de las competencias grandes, con películas que han ganado festivales y van, tras un paso limitado por cines, a por el Oscar, como La balada de Buster Scrubbs o la ganadora de Venecia y fortísima candidata a los premios de la Academia Roma, de Alfonso Cuarón. Y gran parte del dinero que Disney obtiene para desarrollar productos proviene justamente del licenciamiento a terceros de material audiovisual -el licenciamiento y el negocio del copyright son los más importantes del conglomerado Disney-. Sostener la exclusividad de contenidos implica un fuerte recorte en recursos para desarrollar, aunque tiene muchas marcas posicionadas (Star Wars, Marvel, Pixar, Jim Henson, Disney mismo) que le permiten pensar en la continuidad del negocio.

Por lo pronto, el lanzamiento de Avengers en la ventana de SVOD es una de las más importantes movidas publicitarias de Netflix en el final del año, junto con las campañas por las películas que pretende presentar a los Oscar (descártenlo: tendrá una enorme cantidad de nominaciones) colocarán a la firma de Ted Sarandos en el núcleo de la conversación sobre el audiovisual -sin contar los balances positivos que se presumen al cerrar el año. No, no será tan fácil para Disney.