Quentin Tarantino, los NFT y una demanda histórica
Quentin Tarantino quiso sacar NFT sobre Pulp Fiction y fue demandado por la empresa dueña de la película. El caso abre el debate sobre los derechos de autor en el auge de las criptomonedas y el "directo al consumidor".
Quentin Tarantino tiene en estos momentos una batalla legal alrededor de Pulp Fiction, su deslumbrante película de 1994. Hace poco tiempo, el realizador decidió lanzar NFT ("Not Fungible Tokens", material único coleccionable digital que no puede ser visto o utilizado más que por quien lo compró) basados en el filme, pero inmediatamente fue demandado por Miramax, la empresa que produjo la película. ¿Por qué? Porque si bien Tarantino posee los derechos del guión de Pulp Fiction, Miramax tiene los de la película. La gran pregunta, que es mucho más relevante de lo que parece, es qué pasa cuando los creadores quieren crear material único a partir de sus creaciones.
El artículo de Variety que refiere a la noticia plantea otras preguntas: ¿puede el dueño de un NFT, del que es dueño, crear contenido original a partir de él? ¿Incurre en violación de copyright? ¿Tiene el copyright de su propio NFT? ¿Hasta qué punto el dueño de un contenido o de los derechos al respecto puede crear contenidos a partir de él? El campo de los derechos de copia se vuelve terreno resbaladizo cuando aparecen e escena las nuevas tecnologías digitales, sobre todo las interactivas y todo lo que tiene que ver con el peer-to-peer.
De hecho, se abre un mundo totalmente nuevo e imprevisible. Nada impediría, en teoría, que un creador distribuya sus propios contenidos directamente a los usuarios sin pasar por plataformas o distribuidores. De hecho, es lo que ocurre en el universo del NFT. En la medida en que la adopción de bandas más anchas, 5G y criptomonedas se extienda, el mercado para el intercambio digital va a crecer.
Lo que implica un cambio en las políticas de propiedad intelectual, algo que, aunque las grandes empresas dedicadas a la representación de artistas ya tienen en agenda, nadie sabe realmente cómo encarar. Y por otro lado, colisiona con otro movimiento opuesto -o complementario: que las plataformas quieren garantizarse exclusividades de marcas para darle valor a sus propios negocios. ¿Hasta dónde podrían con nuevas creaciones o con material que "contraten" de productores independientes que se desarrollan en plataformas como YouTube, Twitch o TikTok? Por eso el "Caso Tarantino" es importante: revelará hasta qué punto los creadores podrán ser dueños de sus creaciones y derivados, y cómo comenzará a reconfigurarse el mercado del entretenimiento en esta nueva etapa digital.