Bad Bunny transforma un fenómeno musical en motor económico para Puerto Rico

El artista genera un récord de visitantes, reservas hoteleras y empleo. Sus conciertos inyectan USD 181 millones al país y el impacto económico supera al del mayor festival de la isla

BAE Negocios

Puerto Rico logró revertir su temporada baja con un solo nombre propio: Bad Bunny. Lejos de una gira tradicional, el artista más escuchado del mundo concentró 30 recitales en el Coliseo de San Juan y convirtió ese fenómeno musical en un motor económico. El impacto ya se refleja en las estadísticas: más de 600.000 visitantes previstos, récord en reservas hoteleras y una inyección de USD 181 millones que reconfigura el mapa turístico de la isla.

Según cifras oficiales de Discover Puerto Rico —la agencia de promoción turística del gobierno— el evento ya generó más de 600.000 visitas previstas para el período, el doble del promedio habitual. El organismo estimó que el movimiento turístico vinculado a los shows inyectará USD 181 millones en la economía, con efectos directos en transporte, gastronomía, hotelería y comercio minorista. “No hay registro de un solo evento que haya traído tanta gente a la isla, ni siquiera el Festival de San Sebastián”, señaló la agencia.

 

El Coliseo de San Juan es un lugar de paso obligado para las estrellas del pop latino 
El Coliseo de San Juan es un lugar de paso obligado para las estrellas del pop latino 

Los datos de reservas confirman la magnitud del fenómeno: en 34 hoteles monitoreados por Discover Puerto Rico ya se vendieron 35.742 noches de alojamiento vinculadas a los conciertos. La estrategia busca extender la estadía de los visitantes más allá del show, y fomentar el consumo fuera de la capital. “Queremos que la gente llegue antes del recital, se quede después y explore otras regiones”, explicó Glorianna Yamín, vicepresidenta de marketing de la entidad.

La consultora Moody’s Analytics revisó su proyección económica para Puerto Rico. Estima que el “Bad Bunny bump” agregará 0,15 puntos al PBI del año fiscal, suficiente para evitar una contracción. “Este impulso va a reforzar el empleo en turismo al menos por un trimestre, aunque puede extenderse”, señaló Gustavo Rojas-Matute, subdirector de la firma. La ocupación en el sector —que suele ubicarse en torno a los 100.000 puestos sobre una población de 3,2 millones— podría crecer un 3%. Según el economista, “el salto habría sido mayor si la economía no estuviera cerca del pleno empleo”.

El impacto también se nota en el sector informal y en emprendimientos turísticos. La comediante Sara Contreras, dueña de dos alojamientos en Fajardo, contó que sus propiedades ya están reservadas para agosto, con tarifas de USD 225 por noche. “La mayoría viene por Bad Bunny y extiende su estadía. También espero buena ocupación en septiembre, que suele ser un mes flojo”, aseguró.

En paralelo, agencias como East Island Excursions lanzaron productos nuevos diseñados para los fans del cantante, como un tour “Café y Salsa”, inspirado en el último disco del artista. “Estamos apostando a que este boom derrame en todo el ecosistema turístico”, dijo Sorren Varney, director comercial de la firma, citado por Bloomberg.

A diferencia de una gira tradicional, Bad Bunny eligió concentrar sus shows en un solo lugar. El coliseo de San Juan —con capacidad para 18.500 personasvendió 450.000 entradas en solo cuatro horas. “Es una residencia como las de Las Vegas, pero en el Caribe”, graficó Jorge Pérez, gerente regional de ASM Global, empresa que opera el estadio.

La decisión del artista —que recién anunció su gira internacional después de agotar las fechas locales— generó un movimiento masivo sin precedentes. El gasto promedio de los turistas estadounidenses ronda los USD 1.000 por persona, solo en alojamiento, pasajes y entradas. “Esto se convirtió en una celebración familiar”, explicó Carolina Ramírez, una visitante que viajará desde Nueva York con seis parientes.

En Argentina, Bad Bunny anunció tres fechas en el estadio de River Plate para el 13, 14 y 15 de febrero de 2026. Los shows, que coinciden con el feriado de carnaval, se agotaron en apenas dos días. Los precios iban desde los $95.000 más cargos de servicio para la Platea Sívori Alta, hasta los $295.000 más cargos para las ubicaciones preferenciales de las plateas San Martín y Belgrano.

"Debí tirar más fotos" y su trasfondo político

Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, es oriundo de Puerto Rico y uno de los pocos artistas globales que ha convertido su lugar de origen en epicentro de su negocio. Su último álbum —Debí tirar más fotos— combina géneros tradicionales como la bomba, la plena y la salsa. El producto, esta vez, no viaja: obliga a viajar.

La apuesta tiene también un trasfondo político. El artista mantiene una relación tensa con el oficialismo local, promovió campañas opositoras y financió carteles que denunciaban corrupción. Aun así, la gobernadora Jenniffer González anunció la entrega de entradas gratuitas para empleados públicos y estudiantes, en un gesto de reconciliación institucional ante el boom.

Para algunos analistas, la ausencia de fechas en EEUU podría leerse como una toma de posición. “Esto obliga a mirar el vínculo desigual entre Puerto Rico y el turismo estadounidense”, opinó Albert Laguna, profesor de Yale, donde dictará un seminario sobre Bad Bunny.

Detrás del fenómeno económico también hay una infraestructura clave: el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, conocido como El Choli. Más que un estadio, se convirtió en un hito en la carrera de los artistas latinos. Alcanzar un sold out en ese escenario —como los 450.000 tickets que vendió Bad Bunny— representa un momento de consagración y un gesto de pertenencia cultural.

Además de su valor simbólico, El Choli activa un ecosistema productivo. Motoriza el turismo, fortalece el consumo interno y posiciona a la isla como destino de referencia en la industria musical global. Esta vez, el artista no salió de gira: hizo girar la economía a su alrededor.

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