La noticia puede parecer menor, pero no lo es de ninguna manera. Capitana Marvel, el blockbuster de superhéroes de Marvel-Disney, se estrenará el mismo día en los Estados Unidos y China. Será el 8 de marzo, día internacional de la mujer, porque a la hora de la publicidad y el marketing todo motivo es bueno, especialmente si el filme está protagonizado por una mujer.

Pero más allá de la "coincidencia" perfecta entre mujer superpoderosa y mujeres peleando por un justo empoderamiento, la cuestión de que se superponga el estreno en los dos mercados más grandes del cine mundial habla de varias cosas. En primer lugar, de una especie de "pax romana" en la tensión comercial entre los dos países. En segundo, es un triunfo diplomático para Disney dado que son muy pocas las películas no chinas que se estrenan en ese mercado (básicamente los grandes "tanques") y que en general la fecha está determinada por el gobierno asiático, por norma entre dos semanas y dos meses después del lanzamiento en el país de origen. Por último, implica también un trabajo fuerte de logística: hay que disponer en tiempo récord de una cantidad enorme de copias subtituladas en chino (el doblaje es un problema mucho mayor: un mismo ideograma chino es pronunciado diferente de acuerdo con la zona de China en que se hable).

Pero el esfuerzo vale la pena. Sabemos que Avengers: Infinity War fue la película más vista del año que acaba de terminar. Pero es importante especialmente la cifra que recaudó en China: u$ 351 millones, la mitad de lo que el film hizo en los EE.UU. Y de hecho, de los más de u$ 2.0000 millones que la película recaudó en todo el mundo, u$ 1.700 millones los hizo fuera de su país. De allí que la fecha de estreno y la distribución sean capitales para el negocio. Más allá del mercado local (en realidad, ese mercado es el que "recupera los costos" y permite saber si será un éxito), el peso global es casi lo que define el funcionamiento de un blockbuster.

Ninguna película de Marvel funcionó mal en China, por lo demás. Y Capitana Marvel será el segundo filme de Hollywood en estrenarse tras el Año Nuevo Chino (en febrero); el primero será Alita: Battle Angel, de Fox, sobre el célebre manga japonés. De hecho, ambos estrenos son una excepción: dado que se trata de un período festivo en China, las autoridades locales suelen retrasar estrenos internacionales para darle audiencia a las superproducciones locales (que funcionan casi como "sustitución de importaciones" en ese mercado). De allí que el "day-and-date" con los Estados Unidos sea no solo una medida excepcional, sino un signo de distensión. Y de que también China necesita a Hollywood para mantener el crecimiento en salas.