Disney apuesta a la calidad y poder de marca para su nueva plataforma
Detalles, precios y contenidos de su esperado servicio on demand
Variety publicó las conclusiones de un estudio realizado por la consultora estadounidense Ampere Analysis sobre el lanzamiento de Disney+, el servicio de video on demand con el que la casa de Mickey Mouse competirá con Netflix. Es también el primer estudio que tiene algunos números notables como para saber qué sucederá con lo que, en principio, viene a cambiar las reglas de juego del sector. Hasta ahora, el modelo de Netflix ha permitido que la firma de Ted Sarandos reinara solitaria en el SVOD global, incluso si otras empresas con muy fuertes bolsillos (Amazon, HBO) le compiten también en su terreno. Pero Netflix ha sido mucho más exitosa en instalarse fuera de Estados Unidos y de allí proviene su fuerza como empresa.
Disney tiene ese mismo impulso: es marca global y eso le permitirá una instalación rápida. Pero aquí tienen que ver los números. El precio de la suscripción a Disney+ será, en Estados Unidos, de u$s6,90, algo así como la mitad de la de Netflix. Pero el problema está en qué pagan esos casi 7 dólares. El catálogo de Disney+ incluirá 7.500 episodios de TV y unas 500 películas. Netflix tiene 47.000 episodios de TV y 4.000 películas (se descarta, todo en EE.UU.: cualquier abonado argentino sabe que la selección local es muchísimo menor y más pobre).
Sin embargo, Disney va a tener, bueno, los contenidos de Disney, que están entre los de mayor valor del actual mercado. La biblioteca de la firma no es tan grande como la de -por poner un ejemplo- HBO, que incluye todo lo que Warner y Turner han comprado en las últimas décadas (lo que implica una parte muy grande del cine clásico y de la televisión). Pero Disney además ha anunciado contenidos propios que tendrán mucha más calidad que el promedio de la televisión o las series que se producen para las plataformas -con las excepciones del caso como Game of Thrones, que de todos modos sumó cada vez más presupuesto en la medida en que se transformaba en un fenómeno cultural. En principio, una serie basada en el universo Star Wars creada por Jon Favreau (que "inventó" el universo Marvel con la primera Iron-Man y le dio a Disney el éxito de El libro de la selva y, con mucha seguridad, repita con El Rey León este año). Y además tres series sobre los personajes de Marvel, todas con los actores de las películas (Tom Hiddleston como Loki o Jeremy Renner como Hawkeye, sin ir más lejos).
Es decir: Disney apuesta a calidad sobre cantidad. Confía en que sus marcas (Star Wars, Marvel, Pixar, Muppets, Disney y, desde su compra de Fox, X-Men, Los Simpson, Deadpool, Avatar y muchas otras) tengan el atractivo suficiente para drenar usuarios que ya no podrán ver esos contenidos en otras plataformas. La exclusividad vuelve a ser un punto indispensable a la hora de planear la estrategia en lo que es, ya, el nacimiento de la nueva televisión: plataformas on demand del productor directo al usuario.