Como sabemos, la gran puja hoy en el audiovisual la protagonizan las salas de cine y los servicios de streaming. El surgimiento intempestivo del estreno simultáneo en plataformas y pantallas grandes hizo que muchas películas de las que se esperaban grandes beneficios capotaran rápidamente a pesar de lanzamientos promisorios. Los dueños de salas requieren muchos "tanques" para poder sostener el negocio, y que los filmes no compitan contra sí mismos en diferentes alternativas de difusión. A esta controversia se suman productores (ya es parte de la mitología el juicio que, por Black Widow, sigue Scarlett Johansson a Disney) y actores. Pero la lógica detrás de esta puja es, como se puede adivinar, numérica.

Un artículo de Variety que explica la avidez de Disney+ por sumar suscriptores, escrito por Gene del Vecchio, explica algo muy importante: cuánto gana Disney hoy por lo que pagan los suscriptores de Disney+. Considerando un precio global de entre cuatro y cinco dólares, el ingreso anual por la plataforma (sin contar de hecho el pago extra que se hace por ciertas películas) es para 2021 de 5790 millones de dólares. Esto es mucho más de lo que ingresó la firma por todas sus películas en salas durante 2019 (año en el que además estrenó el mega éxito Avengers-Endgame): 4730 millones de dólares.

Sin contar que, a pesar -o gracias a- la pandemia, las acciones de Disney gracias a Disney+ pasaron de 138 dólares cuando se lanzó la plataforma (noviembre de 2019, casi exclusivamente en América del Norte) y el precio actual de 177 dólares. Incluso un arreglo millonario con Johansson y quien quiera hacer juicio por la distribución "day-and-date" serían monedas al lado de cómo sube el valor de la empresa y sus ingresos gracias a Disney+.

Hoy la firma tiene 166 millones de suscriptores en todo el mundo. El punto -lo dice el artículo- fue que en 2020 fue crucial expandirse y ganar rápidamente usuarios porque el público no está dispuesto a pagar más de tres servicios de streaming. La cantidad crece (salvo Sony, todos los grandes estudios tienen uno) y la competencia se volvió feroz. Pero la inversión de perder película a película el "costo" en hacerlas, en la suma total resulta acertada: los ingresos por plataforma (cuando el core-bussiness de Disney es en realidad la hotelería y los parques, cancelados por el Covid) permitieron salir a flote y estar en condiciones altamente competitivas. No es entonces acertado hablar de "cuánto pierden las películas", sino de cuánto gana, finalmente, el estudio.