Dos directores argentinos estrenaron en Cannes y las críticas permiten ilusionarse

Los ladrones, de Rodrigo Moreno, y Eureka, de Lisandro Alonso; tuvieron una buena recepción del público y la crítica. También se exhibió una copia restaurada de Hombre de la esquina rosada

Fernando E. Juan Lima

Especial para BAE Negocios 
Desde Cannes
 

Promediando el Festival Internacional de Cine de Cannes, tres largometrajes argentinos pasaron ya por las pantallas de la muestra. La primera fue Los delincuentes, dirigida por Rodrigo Moreno, que participa en la sección competitiva Un Certain Regard (parte de la Selección Oficial). La recepción en la sala y las críticas posteriores permiten ilusionarse con la posibilidad de algún reconocimiento para la última realización del creador de películas tan recordadas como El custodio, Un mundo misterioso y Reimon.

La cita de estas tres películas parece pertinente por cuanto refleja los distintos registros abarcados por el director en su carrera. Registros que, por lo demás, pueden encontrarse o intuirse al interior de Los delincuentes. Es que en las poco más de cuatro horas, las propuestas, formas y temáticas abordadas son ciertamente diversas.

Los ladrones, una película de Rodrigo Moreno

Lo que comienza como un robo a un banco, abre la puerta a historias de viaje, de amor, de amistad e indagaciones políticas, sociales y filosóficas. ¿Qué es, en verdad, la libertad? Esa pareciera ser la pregunta que recorre la obra de Moreno. Y la respuesta (o el intento de ella) no es lineal ni directa. Jugando con los géneros, apropiándose de ellos, estirando sus tiempos y límites, Los delincuentes nos lleva de la mano hacia un viaje sorprendente y emotivo. Con grandes momentos de humor, además. De las oficinas bancarias del microcentro porteño quedadas en el tiempo a los paisajes de Alpa Corral, en Córdoba, los personajes habitan los espacios con naturalidad y convicción. Sus derivas vitales, sus cuerpos llevan la trama en la que, como dice el lugar común, el triángulo es la figura geométrica que esconde o explica la historia.

 

Eureka, la última película de Lisandro Alonso

Lisandro Alonso es parte de la "familia" del Festival Internacional de Cine de Cannes. Su primer largometraje, La libertad, tuvo su premier aquí en 2001, en la sección Un Certain Regard, y generó un gran debate con su mirada sobre la vida de un leñador, que dejó a muchos entre intrigados y desconcertados. Luego volvería a esa misma sección competitiva como jurado y para presentar la impar Jauja.

Reconocido por la crítica y los festivales, el cine de Lisandro Alonso siempre desafía al espectador, propone novedades narrativas y formales que nos corren de los ejes a los que estamos habituados. Y eso siempre se agradece.

 

En su última película, en la que actúan (entre otros y otras) Chiara Mastroianni y Viggo Mortensen, podemos encontrar un western en blanco y negro, una mirada sobre cierta cultura nativo americana de lo que hoy es EE.UU. y su paralelo en la selva brasileña. Los vínculos son poéticos, la lógica causal no tiene herramientas suficientes para explicar la edición sensible de Alonso. No han faltado quienes señalaron cierta mirada condescendiente hacia las culturas originarias. Creo que esa es una lectura lineal que no hace justicia a Eureka, que se presentó en la muy interesante sección Cannes premiere. Pero ya saben, hay que compartir el viaje que propone el autor y, en lo posible, despojarse de preconceptos.

Un cuento de Jorge Luis Borges, bajo la mirada de René Mugica

Por último, en la sección Cannes Classics, se exhibió Hombre de la esquina rosada, película de 1962 dirigida por René Mugica, basada en el cuento homónimo de Jorge Luis Borges. La repleta sala Buñuel aplaudió el estreno de la nueva copia 4K, que aún con algunos problemas al inicio (debido al estado de los originales) permite ver y escuchar esta película como hace mucho no se podía.

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